- Y Alice sonrió pensando que quizá aquella sería la primera media verdad de los esposos, la primera de las pequeñas grietas que se crean entre dos personas, por las que tarde o temprano la vida introduce su ganzúa y hace palanca
- Pero tampoco se decidía a marcharse, porque a estas alturas dependía de aquel mundo, se había atado a él con la obstinación con que uno se ata a las cosas que lo perjudican
domingo, 18 de octubre de 2009
La soledad de los números primos - Paolo Giordano
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