TIEMPO DE LOS ANTíDOTOS
La edad me ha ido dejando
sin venenos, malgasté en mala hora
esa fortuna,
¿qué más puedo perder?
Llega el tiempo ruin de los antídotos.
Materia devaluada, la aventura
disiente de ella misma y se aminora.
Ya sólo quedan rastros de peligros,
una zona prohibida apenas frecuentada,
la pauta exigua de lo inconfesable,
cierto amago fugaz de furia y desacato.
La osadía de bordes delictivos,
los deseos gastados
en los bruscos dispendios de la infidelidad,
la virtud y su inercia depravada,
el amor consumiéndose
como un licor impuro, la excitante
trastienda de la noche,
¿qué se hicieron?
Los años, ay de mí, me han desmentido.
VIVIR MIRÁNDOTE
En tus ojos un mapa vaticina
el futuro,
bajíos, gozos altos, hondas
grietas, un lodazal, Dios mío,
de espantosa vorágine
y aquella
puerta abierta para entrar
donde estaba esperando
el cuerpo más desnudo de la noche.
Una ventana al tiempo son tus ojos,
me hablan siempre de ti y me restituyen
de todo lo pasado antes de que pasara.
¿Qué habría sido de mí sin esas donaciones
consoladoras de tus ojos? ¿Cómo
habría yo podido sustraerme
a la evidencia de saber que he vivido
porque estaba mirándote?
EL CORAZÓN DE LAS TINIEBLAS
(…)
Esa atroz dependencia del pasado
donde se perpetúa
el corazón de las tinieblas
DESAPRENDIZAJE
El ruido del hielo contra el cristal
del vaso reproduce una flagrante
continuidad de indicios
taciturnos, de recuerdos
que los días han ido malgastando
entre remisas decepciones (…)
DE LAS FIGURACIONES NOCTURNAS DE LA MAR
La mar nocturna tiene
palpitación de pubis y un lento imán de cueva
en la mirada, te atrae y te repele juntamente
como un dios tornadizo.
Nada más verdadero que ese engaño
que la naturaleza brinda al navegante (…)
CUERPO DESNUDO YA NO TE CONOZCO
Cuerpo desnudo, ya no te conozco,
llegas de lejos y desentendido,
te acercas con despacio
¿desde dónde?,
permaneces inmóvil frente a mí
y ya no te conozco (…)
VENGO DE UNA PALABRA
Vengo de una palabra y voy a otra
errática palabra y soy esas palabras
que mutuamente se desunen y soy
el tramo en que se juntan
como los bordes negros del relámpago
y soy también esas beligerancias de la vida
que proponen a veces una simulación de la verdad.
Semejante a la noche, vengo
del negro y voy al blanco y busco
dispensarme de mí con ese blanco y nunca
llego a ser lo que yo más deseo:
esa palabra suficiente que precede a la última.
Únicamente soy / mi libertad y mis palabras
DEVOLUCIONES
La vida a veces tiende a desandar
sus parajes más arduos
y llega de improviso hasta la última
frontera de la evocación
y allí mismo emplaza
su tribunal, te pide cuentas de tus actos.
¿Eres aquel que un día
anduvo por los bordes más broncos de la noche
emulando el albur del errabundo,
buscando al que usurpó su propia historia?
Los mandamientos fúnebres del tiempo
propagan sus usuras por los desvencijados
conductos de la sinrazón
y así vas constatando
las últimas devoluciones de la vida.
ULTRAQUERENCIAS
Temor de estar perdido y de tener
que convivir con esos mentecatos
que beben a buchitos
su triste taza de preservación, detestan
las amenas erratas de la vida,
practican tenebrosas
religiones, deportes deplorables
y hablan,
hablan,
hablan a todas horas
de esa historia que desde siempre ocurre
intramuros de la banalidad.
¿Es que ya nadie se da cuenta
de los defectuosos, los bruscos, los horrendos
trances de ultraquerencias que aún tienen que venir?
LA INTRANQUILIDAD DEL DEBER CUMPLIDO
Dichoso aquel que una mañana
de repente
se aparta del camino que anduvo cada día
durante muchos años hasta el inapelable
distrito del deber.
¿Qué lo hizo abdicar:
la misma inoperancia de la inercia,
el tedio repetido como una despiadada
devastación, la enmohecida
distancia entre los majaderos y sus cárceles?
¿Eligió sin querer lo menos
predecible, es decir, lo más justo?
Dichoso aquel que un día desanduvo la vida
hasta alcanzar la paz de lo no aconsejable.
MODIFICACIÓN
(…) Hacia el futuro avanza lo uniforme,
en el presente se materializa
lo que me diferencia de los otros.
CONTRASENTIDO
(…) La luz empieza donde está apagándose,
el deseo de ver te hace más ciego.
PÉRDIDA DE TIEMPO
La única estrategia que puede más que el tiempo
es conseguir pederlo impunemente
LA GRAN CERTEZA
Qué palabra inhumana la palabra certeza (…)
RECUENTO
(…) Vivir es ir dejando atrás la vida.
ELOGIO DE LA LOCURA
(…) Quien mira al firmamento elige la locura.
PRESTIGIO DE LA DUDA
Me basta con saber que la certeza
es un perecedero trasunto de la fe,
me basta con saberlo y con la perentoria
convicción de la duda,
para aspirar a ser retribuido
de tantos deficientes barruntos
de verdades.
No me hace falta más
para creer al menos que no miento.
NO ME CONOZCO
Confín de la memoria donde
se han ido decantando los secretos
personales, las estrofas calladas
de la vida, tantos deseos
innombrados, ¿en qué recodo
del presente se alojarán por fin
esos incompatibles
desacuerdos con la realidad
que me darán a conocer un día a quien yo soy?
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