Para responder a la pregunta que todo hombre se plantea, "¿Qué soy? ¿Por qué vivo? ¿Qué debo hacer?", el hombre antes tiene que contestar a esta pregunta "¿Qué es la vida de toda esa humanidad desconocida para él, de la cual sólo conozco una ínfima parte durante un período de tiempo minúsculo?". Para comprender qué es él, el hombre primero debe comprender el entero misterio de la humanidad, una humanidad compuesta de hombres como él, que no se comprenden a sí mismos.
"No nos acercamos a la verdad sino en la medida que nos alejamos de la vida" dice Sócrates preparándose para morir.
Lo que se opone a ese tránsito a la nada -nuestra naturaleza- no es más que la voluntad de vivi (Wille zum Leben), de la que estamos constituidos nosotros al igual que nuestro mundo. Lo que tememos tanto de la nada, o lo que es lo mimos, nuestra voluntad de vivir, sólo significa que no somos nada más que esa voluntad de vivir y que no sabemos nada fuera de ella.
Ésas son las respuestas directas dadas por la sabiduría humana a la cuestión de la vida.
"La vida del cuerpo es un mal y una mentira. Por eso la destrucción de la vida del cuerpo es un bien y debemos desearla", dice Sócrates.
"La vida es lo que no debe ser, un mal; y el tránsito a la nada es el único bien", dice Schopenhauer.
"Todo en el mundo, la necedad, la sabiduría, la riqueza, la miseria, la alegría, el dolor, es vanidad y nadería. El hombre morirá, y nada quedará. Y esto es absurdo", dice Salomón
"Es imposible vivir sabiendo que el sufrimiento, el debilitamiento, la vejez y la muerte son inevitables; es preciso liberarnos de la vida y de toda posibilidad de vida", dice Buda.
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