jueves, 18 de junio de 2009

El amor de una mujer generosa - Alice Munro

El amor de una mujer generosa
- ¿Puede una persona inventar algo tan diabólico y con tal lujo de detalles? La respuesta es sí. La mente enferma de una persona, la mente de una persona moribunda puede generar todo tipo de basura y organizarla de la manera más convincente
- Rupert dejó las botas en el suelo frente a Enid mientras ella se inclinaba para desabrocharse los zapatos. Enid percibió, bajo el olor del whisky, el amargo aliento de una noche sin sueño y un largo y duro día; sintó el olor de una piel profundamente empapada de sudor, de un hombre de trabajo duro, que ningún lavabo -o al menos el lavado al que se sometía- terminaría de limpiar. No había un solo olor corporal, ni siquiera el olor a semen, que no le resultara familiar, pero había algo nuevo e invasor en el olor de un cuerpo que no se encontraba ni bajo su influencia ni bajo su cuidado. Eso estaba bien.

Yakarta
- Como los juncos bajo la superficie del agua. Contémplalos: observa cómo los juncos oscilan en el agua, vivos pero sin romper jamás la superficie. Y así es como su naturaleza femenina debe vivir en el interior de la naturaleza masculina de él. Sólo entonces ella será feliz y él se sentirá fuerte y pletórico de alegría. Conseguirán vivir el verdadero matrimonio
- Tenía las mismas sospechas. Y nunca me las mencionó. Yo nunca mencioné las mías. Las dos pensábamos que si lo espresábamos con palabras se nos partiría el corazón.

La isla de Cortés
- Ambos Chess y yo proveníamos de hogares en los que el sexo prematrimonial se consideraba algo vergonzoso e imperdonable y en los que el sexo matrimonial no se mencionaba nunca y se olvidaba pronto. Estábamos justo al final de la época en que así se veían las cosas, aunque no éramos conscientes de ello
- Nos parecía que el único afán de los mayores era de casas, de propiedad, de máquinas de cortadoras de césped y congeladores y muros de contención; y, por supuesto, en lo referente a las mujeres, de bebés. Todas esas cosas, pensábamos, las elegiríamos o no elegiríamos en el futuro. Nunca creímos que nada de eso nos llegaría inexorablemente, como la edad o el tiempo. Y ahora que me paro a pensarlo con sinceridad, no nos llegó. Nada llegó sin nuestra elección. Ni siquiera el embarazo. Corrimos el riesgo, aunque únicamente para ver si de verdad éramos adultos, para ver si realmente podía ocurrir.

Las niñas se quedan
Y aun así, qué dolor. Seguir viviendo y acostumbrarse hasta que sólo sea el pasado lo que duela, y no cualquier presente posible.

Nada - Carmen Laforet

Nada (fragment)
"A veces un gusto amargo
un olor malo, una rara
luz, un tono desacorde,
un contacto que desgana,
como realidades fijas
nuestros sentidos alcanzan
y nos parecen que son
la verdad no sospechada..."

- una ciudad grande, adorada en mis sueños por desconocida
- Comprendí en seguida que con los muchachos era imposible el tono misterioso y reticente de las confidencias, al que las chicas suelen ser aficionadas, el encanto de desmenuzar el alma, el roce de la sensibilidad almacenado durante años...
- Hasta entonces nadie a quien yo quisiera me había demostrado tanto afecto y me sentía roída por la necesidad de darle algo más que mi compañía, por la necesidad que sienten todos los seres poco agraciados de pagar materialmente lo que para ellos es extraordinario: el interés y la simpatía.
- Toda mi vida he estado huyendo de mis simples y respetables parientes... Simples pero inteligentes a la vez, en su género, que es lo que les hace tan insoportables... Me gusta la gente con ese átomo de locura que hace que la existencia no sea monótona, aunque sean personas desgraciadas y estén siempre en las nubes, como tú... Personas que, según mi familia, son calamidades indeseables.
- Si supieran que te gusta vagabundear sola por la noche. Que nunca has sabido lo que quieres y que siempre estás queriendo algo...
- Tal vez el sentido de la vida para una mujer consiste únicamente en ser descubierta así, mirada de manera que ella misma se sienta irradiante de luz.» No en mirar, no en escuchar venenos y torpezas de los otros, sino en vivir plenamente el propio goce de los sentimientos y las sensaciones, la propia desesperación y alegría. La propia maldad o bondad...
- Me parecía que de nada vale correr si siempre ha de irse por el mismo camino, cerrado, de nuestra personalidad. Unos seres nacen para vivir, otros para trabajar, otros para mirar la vida. Yo tenía un pequeño y ruin papel de espectadora. Imposible salirme de él. Imposible libertarme. Una tremenda congoja fue para mí lo único real en aquellos momentos.
- ¿No le ha sucedido alguna vez atribuir su estado de ánimo al mundo que la rodea?
- Fue ella, la niña, quien me descu-brió la fina urdimbre de la vida, las mil dulzuras del renunciamiento y del amor, que no es sólo pasión y egoísmo ciego entre un cuerpo y alma de hombre y un cuerpo y alma de mujer, sino que reviste nombres de comprensión, amistad, ternura
- En pocos días la vida se me aparecía distinta a como la había concebido hasta entonces. Complicada y sencillísima a la vez. Pensaba que los secretos más dolorosos y más celosamente guardados son quizá los que todos los de nuestro alrededor conocen. Tragedias estúpidas. Lágrimas inútiles. Así empezaba a aparecerme la vida entonces).

Poésies - Paul Valéry

Même Féerie
La lune mince verse une lueur sacrée,
Comme une jupe d'un tissu d'argent léger,
Sur les masses de marbre où marche et croit songer
Quelque vierge de perle une gaze nacrée.
Pour les cygnes soyeux qui frôlent les roseaux
De carènes de plume à demi lumineuse,
Sa main cueille et dispense une rose neigeuse
Dont les pétales font des cercles sur les eaux.
Délicieux désert, solitude pâmée,
Quand le remous de l'eau par la lune lamée
Compte éternellement ses échos de cristal,
Quel coeur pourrait souffir l'inexorable charme
De la nuit éclatante au firmament fatal,
Sans tirer de soi-même un cri pur comme une arme?

Fragments du Narcisse
Mais moi, Narcisse aimé, je ne suis curieux
Que de ma seule essence ;
Tout autre n’a pour moi qu’un cœur mystérieux,
Tout autre n’est qu’absence.

Le cimentière marin
Tu n'as que mio por contenir tes craintes!
Mes repentirs, mes doutes, mes contraintes
sont le défaut de ton gran diamant...