Fuera preocupaciones.
- Creían que no tenía corazón, porque él no lloraba. Pero ¿acaso demostraba el llanto la intensidad del dolor? Lo único que demostraba era la debilidad del que sufre. Quien llora quiere hacer saber que sufre o quiere enternecer o pide consuelo y conmiseración.
- Toda la vida no era otra cosa que esto una preocupación, una serie de preocupaciones que había que quitarse de encima. Cualquier demora era una debilidad. .... Tenía en la cabeza la desazón, el frenesí de quitarse de encima toda preocupación, apenas asomaban a su mente como una ineluctable necesidad. .... No conseguía comprender que justamente para obedecer precismamente a aquella necesidad, estamos en la vida. ¿Era posible que no hubiera nada más que hacer? ¿Que hayamos venido a este mundo y estemos en él para esto?
Apreciáis por encima de cualquier cosa y no os cansáis nunca de elogiar la constancia de los sentimientos y la entereza de carácter. ¿Y por qué? ¡Pues siempre por la misma razón! Porque sois unos cobardes, porque tenéis miedo de vosotros mismos, es decir, de perder -cambiando- la realidad que os habéis dado, y de reconocer, por consiguiente, que ella no era más que una ilusión vuestra.
En el remolino. sobre la falta de remordimiento
Se veía temblar el aire como aliento de brasa.
La carretilla. sobre la necesidad de hacer locuras, aunque sean nimias
Ha pitado el tren. sobre la necesidad de tener una bocanada de aire, de la rutina
Las mayores penas y fatigas que nos toca sufrir en esta vida son siempre las que afrontamos para ponernos nosotros mismos la soga al cuello.
viernes, 3 de agosto de 2012
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