domingo, 24 de abril de 2011

Vida de Rainer Maria Rilke: La belleza y el espanto - Antonio Pau

Deja que todo te suceda: la belleza y el espanto (El libro de las horas)
Mira los amantes: acaban de conocerse y qué pronto se mienten (Los apuntes de Malte Laurids Brigge)

Apágame los ojos y te seguiré viendo,
Cierra mis oídos, y te seguiré oyendo,
Sin pies te seguiré,
Sin boca continuaré invocándote.
Arráncame los brazos, te estrechará
Mi corazón, como una mano.
Párame el corazón, y latirá mi mente.
Lanza mi mente al fuego
Y seguiré llevándote en la sangre
(el libro de las horas)

No puedes esperar que vaya Dios a ti
Para decirte: Existo.
Un Dios que revelara su fuerza
No tendría sentido.
Debes saber que Dios te atraviesa
Como un sople, desde el origen.
Y si arde tu corazón, y nada se percibe,
Entonces es que actúa dentro de ti.
(Para festejarme)

Vecino Dios, si a veces te molesto
Con duros golpes en las noches largas,
Es porque apenas te oigo respirar
Y sé que siempre estás solo en tu cuarto.
Y si algo necesitas, y no hay nadie
Que te acerque un sorbo hasta la boca:
Yo te escucho siempre. Hazme una señal.
Estoy muy cerca.
(el libro de las horas)

¿Qué vas a hacer, Señor, cuando yo muera?
Yo soy tu cántaro (¿y cuando me rompa?)
Yo soy tu bebida (¿Y cuando me vierta?)
Yo soy tu vestidura, soy tu oficio,
Conmigo pierdes tú sentido.
Después de mí no tendrás casa en la que
Te saluden palabras íntimas y cálidas…
(…) ¿qué harás Señor, entonces? Tengo miedo.
(el libro de las horas)

La soledad es como la lluvia,
porque sube del mar y avanza hacia la noche.
De llanuras lejanas y perdidas
sube hasta el cielo, que siempre la recoge.
Y sólo desde el cielo cae en la ciudad.

Llueve soledad en horas indecisas
cuando todas las sendas apuntan hacia el día
y cuando los cuerpos, que no encontraron nada,
se apartan unos de otros, defraudados y tristes;
y cuando los seres que mutuamente se odian
deben dormir juntos en una misma cama.

Entonces la soledad se arrastra con los ríos
(Soledad - El libro de las imágenes)

Mira: así es la muerte en la vida. Una y otra
se cruzan como en una alfombra.
Los hilos corren, y lo que resulta
es sólo un dibujo, visto desde fuera.
Cuando alguien muere, eso no es la muerte.
Muerte es cuando alguien vive sin saberlo.
Muerte es cuando alguien no puede ni morirse.
Muerte es muchas cosas que no pueden ni siquiera enterrarse.
En nosotros es diario el morir y el nacer,
y nosotros vivimos distraídos,
igual que la naturaleza no se detiene sobre uno y otro,
y sobre ambos discurre, sin tristeza,
sin interés siquiera. Pena y gozo
son hilos, sólo hilos, para quien nos mira.
(La princesa blanca - El libro de las imágenes)

"Dios no es decible - Gott ist nicht sagbar", para Rilke la relación del hombre con Dios es sentimiento, no creencia y menos aún saber. Y sentimiento sin contenido, sentimiento puro. "Forzar el corazón a que crea que es verdad algo no tiene sentido". "Dios es una dirección dada al amor"

"A mi juicio el matrimonio no se trata de crear una rápida comunidad derribando y allanando todas las barreras, sino que, por el contrario, creo que el buen matrimonio es aquel en que cada uno de los cónyuges se convierte en custodio de la soledad del otro, demostrándole todo momento que es acreedor a la máxima confianza. Una identificación o fusión entre dos personas es imposible, y si en algún caso se da, se produce una limitación del pleno desenvolvimiento y libertad de una parte o de ambas".

Yo tengo muertos, y los dejé ir,
y estaba sorprendido de verlos tan serenos,
tan pronto acostumbrados a estar muertos, a quedarse quietos,
tan ajenos a lo que era su destino. Pero tú no, tú vuelves,
vuelves siempre; me rozas, me rondas, quieres
chocar con algo que resuene a ti,
que te revele.
(Elegía a Paula Modersohn-Becker)

(...)
¿Y nosotros? ¿Sabes tú acaso de dónde procedemos?
oh, nuestros caminos son como el bosque y la noche.
¿Quién sabe nuestro origen, nuestra edad y riqueza?
Las llamas, temerosas y débiles, que llevan nuestras lámparas
no iluminan si quiera las figuras

-menos aún el largo recorrido del camino-

Y esto es vivir: no conocer a nada ni a nadie,
verlo todo, temblar, no entender nada, -
y arder un rato con la luz más clara
como arde una vela entre gentes extrañas.
(poema a clara)

El consejo que da Rilke es sutil: ahonde en sus preguntas. Toda pregunta que el hombre se hace a sí mismo lleva en su entraña una respuesta. No se trata de eludir esa respuesta, sino de buscarla en la pregunta misma. "Intente encariñarse con las preguntas mismas, como si fuesen habitaciones cerradas o libros escritos en un idioma muy extraño. No busque de momento las respuestas que necesita. No le pueden ser dadas, porque usted no sabría vivirlas aún. Y se trata precisamente de vivirlo todo. Viva usted ahora sus preguntas. Quizá luego, sin darse cuenta, se vaya adentrando poco a poco en las respuestas, y un día lejano se encuentre con que ya las está viviendo también".

Mira los amantes:
apenas empiezan a hacerse confidencias
y ya se están mintiendo.

Tú haces mi soledad. Sólo yo puedo transformarte.
Eres un rato tú, luego un murmullo,
luego un perfume sin rastro.
Ay, en mis brazos lo he perdido todo,
pero tú sólo renacerás de nuevo:
porque nunca te he retenido, te conservo
weil ich niemals dich anhielt, halt ich dich fest.
(Los apuntes de Malte Laurids Brigge)

"Si este libro contiene amargos reproches, no están en absoluto dirigidos a la vida: al contrario, es la constatación continua de que es por falta de fuerza, por distracción y por errores heredados, por lo que nos perdemos casi enteramente las innumerables riquezas de aquí que nos han sido destinadas".

De ver pasar barrotes su mirada
se ha cansado tanto que no ve ya nada.
le parece que hubiera mil barrotes
y tras los mil barrotes ningún mundo. (...)
(la pantera - Nuevos poemas)

No sabemos nada de ese viaje al más allá,
que nada comparte con nosotros. No tenemos razón
para mostrar asombre, amor u odio
a la muerte, a la que una máscara
de trágico lamento deforma extrañamente.
(Experiencia de la muerte)

Los ojos me miran a través de los libros
se acostumbran a beber todo diluido
en lugar de morder el hueso de la realidad.
(en Venecia)

¿Quién si yo gritara, me oiría desde los coros
de los ángeles? Y si uno de repente me acercara
a su corazón: me desvanecería por su existencia
más fuerte. Porque lo bello no es otra cosa
que el comienzo de lo terrible, que podemos soportar,
que admiramos, porque serenamente desdeña
destrozarnos. Todo ángel es terrible.
(Elegías Duino)

...Ven cuando debas. Todo esto
llegará a través de mí hasta tu aliento.
Por ti lo he contemplado yo,
sin nombre, largo tiempo,
lo he mirado desde la pobreza
y lo he amado tanto como si tú no lo hubieses ya asumido.
(...)
porque hay algo en el aire oscuro
que te hace comprenderte, porque tú me olvidas,
porque tú no escuchas, porque eres una mujer:
cuando lo pienso, cuando pienso cuánta ternura
he sumergido en la sangre,
en la sangre silenciosa del corazón
de tantas cosas que he querido, sin estremecimiento...
(A la esperada)

¿Por qué andar cargando con cosas extrañas
sobre sí mismo, como quizá el portador
de un cesto del mercado, que se va cargando más y más,
y que fuera de otro, y no pudiera decir:
Señor, para qué este banquete?
(...)
Sea pétreo mi ánimo,
y la obra cotidiana del pastor me resulte posible;
(Trilogía Española)

¿Puedes tú imaginarte que desde hace años
viajo como un extraño entre extraños?
Y al fin tú me llevas hacia casa.
(Magda v. Hattingberg)

A todo ser lo abarca un solo espacio: el espacio
interior del universo. Quietas las aves vuelan
a través de nosotros. Oh, quiero crecer,
miro hacia fuera, y está en mí creciendo el árbol.

Me preocupo, y está la casa en mí.
Quisiera protegerme, y el cobijo está en mí.
Todo lo que he amado: en mí reposa
la imagen de la creación y se deshace en llanto.
(Munich)

Regreso: ¿a dónde? Los brazos duelen
y las miradas, todas, se equivocan.
Partir: ¿a dónde? Lo lejano está en el corazón
y la distancia te hace equivocarte
al tomar cualquier camino. ¿Qué nos queda?

Nada: sólo ser. (...)
(Heimkehr)

Pues la contemplación tiene una barrera.
Y el mundo contemplado
quiere crecer en el amor.
Ya has hecho la obra de la vista,
haz ahora la obra del corazón.
Con las imágenes que hay en ti prisioneras; pues tú
las dominaste, pero no las conoces
(Wendung)

Oh estrella precipitada en el abismo,
que una vez vi desde un puente:
no he de olvidarte nunca. ¡Siempre en pie!
(Der Tod)

Piensan que aún vivo, sólo porque me muevo,
y hace tiempo que vivo detenida en bronce
unida a ti en el bajorrelieve de Chagall
sobre nuestra cama de matrimonio, hecha de piedra.
(poema escrito por Claire Goll)

No dudes que tu infancia, esa inefable
fidelidad a lo celeste, no revocada por el destino
-incluso para el preso que se pudre en la oscura celda-,
ha velado maternalmente hasta el fin. Pues cuida
sin atenerse al tiempo, el corazón. Incluso al enfermo (...)
(Lass dir, dass Kindheit war...)

Carta latina de Petrarca, en la que el poeta toscano contaba su subida al monte Ventoso: lo que había descubierto, al subir a la cima, no era un gran paisaje, sino un hondo horizonte interior.

¿Quién nos ha hecho girar, para que siempre,
por más que hagamos, tengamos el gesto
del que se marcha? Igual que ése, en la
última colina que le muestra el valle entero,
se vuelve, se detiene, y se demora:
así vivimos, siempre en despedida.
(Octava Elegía)

Y nosotros, que pensamos en una alegría
ascendente, sentimos la emoción
que casi nos trastorna
cuando cae algo feliz.
(Décima Elegía)

"El sentido de mi trabajo ha consistido en testimoniar (...) la unidad entre la vida y la muerte. Reconocer y afirmar los dos aspectos del mundo: el sueño y la vigilia, la luz y la oscuridad, la voz y el silencio, la presencia y la ausencia. Todos esos contrarios aparentes coinciden en un punto, en un sitio, en un lugar en que cantan el himno de sus bodas. Y ese lugar es, de momento nuestro corazón. Manifestar la identidad de lo Espantoso y lo Radiante, de esas dos caras de una misma y divina cabeza, de esa única cara que no se divide sino a causa de las circunstancias de quien la mira"
La actitud ante el riesgo no debe ser la huida, sino la serena aceptación del riesgo "mantenernos es lo difícil"

Felicidad: gira fatigosamente sobre su propia rueda,
cansada, sin estar nunca totalmente dispuesta;
pero la alegría está pronta y florece al momento,
y nos hace adentrarnos en la primavera
(Guter Tag)

"Cuando se ama a una persona se desea siempre que se vaya, para poder soñar con ella". "El amor vive en la palabra y muere en las acciones"

Marina, cómo caen las estrellas y mueren en el cosmos.
No nos arrojemos a cualquier estrella y hagamos que sean aún más las caídas.
(Elegie a Marie Tsvietáieva)

En definitiva, ellos ya no nos necesitan, los que se han ausentado prematuramente:
se desacostumbra uno de lo terrenal, suavemente, como
a los dulces pechos de la madre. Pero nosotros
que tan grandes misterios necesitamos, y para quienes
tantas veces surge del dolor tan feliz avance, ¿podríamos existir sin ellos?
(Primera Elegía)

"En ningún lugar hay mundo más que dentro"
"Hay que ser valientes. Hay que ser valientes para lo más extraño, asombre e inexplicable que pueda ocurrir"
"Sólo quien esté hecho a todo, quien no excluya nada, ni aun lo más misterioso, viviará como algo real la relación con otro y dará profundidad a su propia existencia"

Para encontrar a Dios hay que ser feliz
porque los que con angustia lo inventan
van muy rápido y buscan poco
la intimidad de su ausencia ardiente.
...
El final de todo será hermoso.
(Novena Elegía)

Las Mil Y Una Noches - Antología


  • Hicimos el bien y nos pagaron con su contrario; esto, por mi vida, es propio de gente perversa. Quien hace el bien a desconocidos recibe la misma recompensa que el que protege a una hiena

  • No hay cuerpto que esté libre de envidia

  • La injusticia se oculta en el alma; si es fuerte, aparece; si es débil, permanece oculta

  • Si el mundo ha sido generoso contigo, sé tú generoso con todos los que te rodean antes de que la buena fortuna huya. La generosidad no la destruirá si se acerca ni la avaricia hará que permanezca si se va.

  • Vivieron en medio de la felicidad, placer y alegría hasta que llegó el destructor de todos los deleites y el que disgrega a todas las sociedades humanas

La gota de miel


- Has de saber, rey - explicó el ministro-, que, según me han contado, había un cazador que cazaba fieras en el campo. Cierto día entró en una caverna de las que se encuentran en la montaña y encontró un agujero lleno de miel de abeja. Tomó parte de aquella miel en un odre que llevaba consigo, se lo puso al hombro y si dirigió a la ciudad en compañía de su perro de caza, por el que sentía gran cariño. Se detuvo junto a la tienda de un hombre que comerciaba con aceite y le enseño la miel. El comerciante se la compró, y a continuación, abrió el odre y extrajo la miel para examinarla. Del odre cayó una gote de miel sobre la que se lanzó un pájaro. Pero el comerciante tenía un gato que dio un salto para atrapar al pájaro. El perro lo vio, y saltando a su vez, mató al gato. El comerciante, por su parte, se echó sobre el perro del cazador y lo mató. El cazador, asimismo saltó sobre el comerciante y lo mató. El comerciante vivía en un pueblo y el cazador en otro y los conciudadanos de ambos oyeron hablar de lo que había sucedido, tomaron sus armas e instrumentos de guerra y se atacaron unos a otros. En encontraron los dos bandos y las espadas no cesaron de voltear hasta que murieron todos. Sólo Dios, ensalzado sea, sabe cuántos eran.

El violin de Rothschild y otros relatos


  • La concisión es la hermana del talento / El arte de escribir es el arte de abreviar / Sé hablar brevemente de cosas largas

En Camino: "Todas las ciencias que hay en el mundo tienen un único y mismo pasaporte sin el cual carecen de sentido: ¡tienen que aspirar a la verdad! ... Lo irrisorio del caso es que cada ciencia, como ocurre con una fracción periódica, tiene principio pero no tiene fin." "Mi último dogma ha sido la no oposición al mal".


Terror: "En general, lo que más temo es la rutina de la vida, de la que ninguno de nosotros puede evadirse. En mis actos no puedo distinguir lo verdadero de lo falso y eso me preocupa. Me doy cuenta de que las circunstancias de mi vida y educación me han reducido en un angosto círculo de mentiras, de que mi vida entera consiste un día tras otro en averiguar cómo engañarme a mí mismo y engañar a los otros sin notarlo. Me aterra la idea de que no me escaparé a esta red de mentiras hasta el día de mi muerte. (...) Yo no comprendo a la gente, amigo mío, y le tengo miedo. Me asusta mirar a los campesinos y no tengo idea de por qué fin superior sufren o para qué viven. Si el propósito de la vida es placer, entonces son superfluos, innecesarios. Pero si el propósito de la vida es la pobreza, la ignorancia crasa e irremediable, entonces no veo para quién ni para qué es necesario este tormento. No entiendo nada ni a nadie."

Les Fleurs du Mal - Charles Baudelaire

Au Lecteur
La sottise, l'erreur, le péché, la lésine,
Occupent nos esprits et travaillent nos corps,
Et nous alimentons nos aimables remords,
Comme les mendiants nourrissent leur vermine.

Nos péchés sont têtus, nos repentirs sont lâches;
Nous nous faisons payer grassement nos aveux,
Et nous rentrons gaiement dans le chemin bourbeux,
Croyant par de vils pleurs laver toutes nos taches.
(…)
Mais parmi les chacals, les panthères, les lices,
Les singes, les scorpions, les vautours, les serpents,
Les monstres glapissants, hurlants, grognants, rampants,
Dans la ménagerie infâme de nos vices,

II en est un plus laid, plus méchant, plus immonde!
Quoiqu'il ne pousse ni grands gestes ni grands cris,
Il ferait volontiers de la terre un débris
Et dans un bâillement avalerait le monde;

C'est l'Ennui! L'oeil chargé d'un pleur involontaire,
II rêve d'échafauds en fumant son houka.
Tu le connais, lecteur, ce monstre délicat,
— Hypocrite lecteur, — mon semblable, — mon frère!

Correspondances
La nature est un temple où de vivants piliers
Laissent parfois sortir de confuses paroles;
L'homme y passe à travers des forêts de symboles
Qui l'observent avec des regards familiers.

Comme de longs échos qui de loin se confondent
Dans une ténébreuse et profonde unité,
Vaste comme la nuit et comme la clarté,
Les parfums, les couleurs et les sons se répondent.

Il est des parfums frais comme des chairs d'enfants,
Doux comme les hautbois, verts comme les prairies,
- Et d'autres, corrompus, riches et triomphants,

Ayant l'expansion des choses infinies,
Comme l'ambre, le musc, le benjoin et l'encens,
Qui chantent les transports de l'esprit et des sens.


L'ennemi
Ma jeunesse ne fut qu’un ténébreux orage,
Traversé çà et là par de brillants soleils ;
Le tonnerre et la pluie ont fait un tel ravage,
Qu’il reste en mon jardin bien peu de fruits vermeils.

Voilà que j’ai touché l’automne des idées,
Et qu’il faut employer la pelle et les râteaux
Pour rassembler à neuf les terres inondées,
Où l’eau creuse des trous grands comme des tombeaux.

Et qui sait si les fleurs nouvelles que je rêve
Trouveront dans ce sol lavé comme une grève
Le mystique aliment qui ferait leur vigueur ?

– Ô douleur ! ô douleur ! Le Temps mange la vie,
Et l’obscur Ennemi qui nous ronge le cœur
Du sang que nous perdons croît et se fortifie !


La Vie antérieure
J’ai longtemps habité sous de vastes portiques
Que les soleils marins teignaient de mille feux,
Et que leurs grands piliers, droits et majestueux,
Rendaient pareils, le soir, aux grottes basaltiques.

Les houles, en roulant les images des cieux,
Mêlaient d’une façon solennelle et mystique
Les tout-puissants accords de leur riche musique
Aux couleurs du couchant reflété par mes yeux.

C’est là que j’ai vécu dans les voluptés calmes,
Au milieu de l’azur, des vagues, des splendeurs
Et des esclaves nus, tout imprégnés d’odeurs,

Qui me rafraîchissaient le front avec des palmes,
Et dont l’unique soin était d’approfondir
Le secret douloureux qui me faisait languir.


L'Homme et la mer
Homme libre, toujours tu chériras la mer!
La mer est ton miroir; tu contemples ton âme
Dans le déroulement infini de sa lame,
Et ton esprit n'est pas un gouffre moins amer.

Tu te plais à plonger au sein de ton image;
Tu l'embrasses des yeux et des bras, et ton coeur
Se distrait quelquefois de sa propre rumeur
Au bruit de cette plainte indomptable et sauvage.

Vous êtes tous les deux ténébreux et discrets:
Homme, nul n'a sondé le fond de tes abîmes;
Ô mer, nul ne connaît tes richesses intimes,
Tant vous êtes jaloux de garder vos secrets!

Et cependant voilà des siècles innombrables
Que vous vous combattez sans pitié ni remords,
Tellement vous aimez le carnage et la mort,
Ô lutteurs éternels, ô frères implacables!

Le portrait
La Maladie et la Mort font des cendres
De tout le feu qui pour nous flamboya.
De ces grands yeux si fervents et si tendres,
De cette bouche où mon coeur se noya,

De ces baisers puissants comme un dictame,
De ces transports plus vifs que des rayons,
Que reste-t-il ? C'est affreux, ô mon âme !
Rien qu'un dessin fort pâle, aux trois crayons,

Qui, comme moi, meurt dans la solitude,
Et que le Temps, injurieux vieillard,
Chaque jour frotte avec son aile rude...

Noir assassin de la Vie et de l'Art,
Tu ne tueras jamais dans ma mémoire
Celle qui fut mon plaisir et ma gloire !

Semper eadem
«D'où vous vient, disiez-vous, cette tristesse étrange,
Montant comme la mer sur le roc noir et nu?»
— Quand notre coeur a fait une fois sa vendange
Vivre est un mal. C'est un secret de tous connu,

Une douleur très simple et non mystérieuse
Et, comme votre joie, éclatante pour tous.
Cessez donc de chercher, ô belle curieuse!
Et, bien que votre voix soit douce, taisez-vous!

Taisez-vous, ignorante! âme toujours ravie!
Bouche au rire enfantin! Plus encor que la Vie,
La Mort nous tient souvent par des liens subtils.

Laissez, laissez mon coeur s'enivrer d'un mensonge,
Plonger dans vos beaux yeux comme dans un beau songe
Et sommeiller longtemps à l'ombre de vos cils!

Confession
(…)
Que bâtir sur les coeurs est une chose sotte;
Que tout craque, amour et beauté,
Jusqu'à ce que l'Oubli les jette dans sa hotte
Pour les rendre à l'Eternité!»

J'ai souvent évoqué cette lune enchantée,
Ce silence et cette langueur,
Et cette confidence horrible chuchotée
Au confessionnal du coeur.

L'invitation au voyage
(...)
Là, tout n'est qu'ordre et beauté,
Luxe, calme et volupté.

L'Irréparable
(...)
Adorable sorcière, aimes-tu les damnés?
Dis, connais-tu l'irrémissible?
Connais-tu le Remords, aux traits empoisonnés,
À qui notre coeur sert de cible?
Adorable sorcière, aimes-tu les damnés?

L'Irréparable ronge avec sa dent maudite
Notre âme, piteux monument,
Et souvent il attaque ainsi que le termite,
Par la base le bâtiment.
L'Irréparable ronge avec sa dent maudite!


Le Revenant
Comme les anges à l'oeil fauve,
Je reviendrai dans ton alcôve
Et vers toi glisserai sans bruit
Avec les ombres de la nuit;

Et je te donnerai, ma brune,
Des baisers froids comme la lune
Et des caresses de serpent
Autour d'une fosse rampant.

Quand viendra le matin livide,
Tu trouveras ma place vide,
Où jusqu'au soir il fera froid.

Comme d'autres par la tendresse,
Sur ta vie et sur ta jeunesse,
Moi, je veux régner par l'effroi.


Spleen II - III
J'ai plus de souvenirs que si j'avais mille ans.

Je suis comme le roi d'un pays pluvieux,
Riche, mais impuissant, jeune et pourtant très-vieux,
Qui, de ses précepteurs méprisant les courbettes,
S'ennuie avec ses chiens comme avec d'autres bêtes.

À une passante
La rue assourdissante autour de moi hurlait.
Longue, mince, en grand deuil, douleur majestueuse,
Une femme passa, d'une main fastueuse
Soulevant, balançant le feston et l'ourlet;

Agile et noble, avec sa jambe de statue.
Moi, je buvais, crispé comme un extravagant,
Dans son oeil, ciel livide où germe l'ouragan,
La douceur qui fascine et le plaisir qui tue.

Un éclair... puis la nuit! — Fugitive beauté
Dont le regard m'a fait soudainement renaître,
Ne te verrai-je plus que dans l'éternité?

Ailleurs, bien loin d'ici! trop tard! jamais peut-être!
Car j'ignore où tu fuis, tu ne sais où je vais,
Ô toi que j'eusse aimée, ô toi qui le savais!

La Destruction
Sans cesse à mes côtés s'agite le Démon;
II nage autour de moi comme un air impalpable;
Je l'avale et le sens qui brûle mon poumon
Et l'emplit d'un désir éternel et coupable.

Parfois il prend, sachant mon grand amour de l'Art,
La forme de la plus séduisante des femmes,
Et, sous de spécieux prétextes de cafard,
Accoutume ma lèvre à des philtres infâmes.

II me conduit ainsi, loin du regard de Dieu,
Haletant et brisé de fatigue, au milieu
Des plaines de l'Ennui, profondes et désertes,

Et jette dans mes yeux pleins de confusion
Des vêtements souillés, des blessures ouvertes,
Et l'appareil sanglant de la Destruction!

La Fontaine de Sang
Il me semble parfois que mon sang coule à flots,
Ainsi qu'une fontaine aux rythmiques sanglots.
Je l'entends bien qui coule avec un long murmure,
Mais je me tâte en vain pour trouver la blessure.

À travers la cité, comme dans un champ clos,
Il s'en va, transformant les pavés en îlots,
Désaltérant la soif de chaque créature,
Et partout colorant en rouge la nature.

J'ai demandé souvent à des vins captieux
D'endormir pour un jour la terreur qui me mine;
Le vin rend l'oeil plus clair et l'oreille plus fine!

J'ai cherché dans l'amour un sommeil oublieux;
Mais l'amour n'est pour moi qu'un matelas d'aiguilles
Fait pour donner à boire à ces cruelles filles!

La Béatrice
(…)
J'aurais pu (mon orgueil aussi haut que les monts
Domine la nuée et le cri des démons)
Détourner simplement ma tête souveraine,
Si je n'eusse pas vu parmi leur troupe obscène,
Crime qui n'a pas fait chanceler le soleil!
La reine de mon coeur au regard nonpareil
Qui riait avec eux de ma sombre détresse
Et leur versait parfois quelque sale caresse.

Le Voyage
À Maxime du Camp
Pour l'enfant, amoureux de cartes et d'estampes,
L'univers est égal à son vaste appétit.
Ah! que le monde est grand à la clarté des lampes!
Aux yeux du souvenir que le monde est petit!