- La confianza lleva la traición. Hasta se puede decir que la confianza la propicia.
- El tiempo es ruin, es cierto. Una criadita marullera, el tiempo. Arrastra los pies y te hace un mohín con el labio inferior la mayor parte de tu vida, y luego, en ese breve momento de la happy hour, el momento en que te bebes una margarita y en que el placer parece correr por cuenta de la casa, pasa zumbando como una camarera con patines
- Opinión sacada de un viejo hereje de Toulouse "Dios es perfecto; nada en el mundo es perfecto; por consiguiente nada del mundo fue creado por Dios"
- El otro día leyendo un libro, escrito por una mujer, y en algún sitio decía algo como que cada relación encierra los fantasmas o las sombras de todas las demás relaciones que no existen. Todas las alternativas abandonadas, las elecciones olvidadas, las vidas que podrías haber llevado y no lo has hecho. (...) De repente sentí un inmenso alivio por no haber abortado nunca. O esa, es una suerte; no tenía nada en contra del aborto cuando era más joven. Pero imagínate que lo piensas más adelante. Que piensas en lo que nunca ocurrió. Las alternativas abandonadas, las vidas no vividas. Ya es triste pensarlo en abstracto. Imagínate si hubieran sido reales.
- Sí creo que la vida es trágica. La vida es un proceso que inevitablemente pone al descubierto tus puntos flacos. Es también un proceso durante el cual eres castigado por tus acciones y deseos anteriores. No castigado justamente, -esto forma parte de lo que quiero decir cuando digo que no creo en los dioses-, sino castigado a secas. Anárquicamente, si se prefiere.
- Rara vez se nos perdona que seamos generosos.
- La inexpresable tristeza de las cosas
- Querer es desear, y también carecer. Se desea lo que no se tiene. ¿es tan sencillo como esto? ¿o puedes desear lo que ya has obtenido?
- Él me besó primero. Pero eso tampoco es una disculpa. Una mujer sabe guardar la distancia si no quiere que la besen.
lunes, 9 de abril de 2012
Amor, etcétera - Julian Barnes
Pulso - Julian Barnes
Viento del este
- Lo cierto es que nunca se le había dado muy bien lo de flirtear: nunca atinaba con las palabras adecuadas. Y tras el divorcio se le daba todavía peor, si eso era posible, porque no ponía el corazón en ello. ¿Dónde estaba su corazón? Una pregunta para otro día. El tema de hoy era el flirteo.
- ¿Y quién ha dicho que haya que hablarlo todo la primera semana?
- Siempre había sido urbanita, y su interés por el campo era en gran parte pragmático, un rebaño de ovejas no representaba para ella más que cordero asado.
- (...) En realidad lo he hecho (...) abrazar la religión (...). Alice estaba perpleja según su visión del mundo, todo era desolador, pero tenías que afrontarlo. Y no tenía mucho sentido modificar tus creencias a estas alturas. Pensó si debía responderle
- Si admito que he tenido celos, eso me convierte en un amiga mezquina. Y si digo que no, suena como si fuese tan petulante que no encuentro nada en tu vida o en tus libros capaz de provocarme celos.
- ¿Por qué algunas personas olvidaban lo que debían recordar y recordaban lo que harían mejor olvidando?
- Tal vez ése fuera el secreto del admirable e incansable aplomo de Alice. Cada pocos años trazaba una línea por debajo de las cosas pasadas y declinaba cualquier responsabilidad.
- Alice se puso a reflexionar sobre si era mejor tomarse la vida en serio o a la ligera. ¿O se trataba de una falsa antítesis, una simple forma de sentirse superior? Jane, según le parecía a ella, se tomaba la vida a la ligera hasta que algo se torció cuando empezó a buscar soluciones serias como Dios. Mejor tomarse la vida en serio y echar mano de soluciones ligeras. La sátira por ejemplo; o el suicidio. ¿Por qué la gente se agarraba tan rápido a la vida, esa cosa que se les concedía sin haberles consultado? Todas las vidas eran fracasos, tal como leía Alice el mundo, y la perogrullada de Jane de convertir el fracaso en arte era una ingenua fantasía.
- Te podrías apañar con el azote de una de esas viejas religiones punitivas. El ateísmo estoico es demasiado neutral moralmente para ti.
- ¡Un equipo para analizar la tierra! Justo lo que necesitaba. (...) Era un buen regalo, que apelaba -¿a qué exactamente?- tal vez a esa pequeña área de masculinidad que la erosión de las diferencias entres sexos propia de la sociedad moderna todavía no había eliminado. El hombre como cerebrito, como potencial cazador-recolector, como boy scout; un poco de cada uno de ellos. En su círculo de amistades, ambos sexos compartían la compra, la cocina, las tareas de la casa, el cuidado de los niños, la conducción del coche y el ganar dinero. Aparte de ponerse su propia ropa, no había casi nada que uno de los miembros de la pareja hiciese y que el otro no fuese igualmente capaz de hacer. E igualmente desease, o detestase, hacer. Pero un equipo para analizar la tierra, eso era sin ninguna duda cosa de chicos. La brillante Martha lo ha logrado de nuevo.
- El matrimonio era una democracia de dos
- Él era consciente de ese rasgo de su carácter, una tendencia a conformarse con lo aproximativo, lo que una airada novia que tuvo llamaba "simplemente ser increíble y jodidamente perezoso", una descripción que él siempre había valorado
- El matrimonio era una democracia de dos, excepto cuando hay empate, en cuyo caso desciende hacia la autocracia
- Mientras tomaban una copa, le dijo como quien no quiere la cosa: "un amigo mío me dijo el otro día que había caído en la cuenta de que ahora las mujeres usan más las manos mientras hacen el amor" Y esa mujer respondió: "bueno, tu amigo debe tener una polla muy pequeña. O no debe ser muy bueno usándola."
- Los chistes son una buena manera de hablar en serio. A menudo la mejor manera
- Si las mujeres supieran lo que dicen de ellas los hombres a sus espaldas, no les parecería muy alentador. Y si los hombres supieran lo que dicen de ellos las mujeres a sus espaldas.... -Se les marchitaría la polla. -Las mujeres pueden simularlo. Los hombres no. Es la ley de la selva. -La ley de la selva es la violación, no la simulación del orgasmo. -El ser humano es la única criatura que puede reflexionar sobre su propia existencia, imaginar su propia muerte y simular un orgasmo. No somos los elegidos de Dios por casualidad.
- Pete es un de esos que llevan la cuenta. Ya sabéis, del número de mujeres. Recordaba el día exacto en que llegó a la decena y el día en que alcanzó la cincuentena. -Bueno todos llevamos la cuenta -¿En serio? -Sí, yo recuerdo perfectamente cuando llegué a dos
- ¿Quién dijo aquello de que tenían opiniones contundentes débilmente argumentadas? A.J.P Taylor
- Su idea del sufrimiento es cuando una mujer no les corresponde con sexo a una invitación a cenar
- Sabía que no volvería. Pero las lágrimas no eran por eso, o por él, ni siquiera por ella, por sus recuerdos de pareja. Eran lágrimas por su propia estupidez. Y por su arrogancia. Había creído que podría revivir y empezar a despedirse. Había creído que el dolor podía aplacarse, o si no aplacarse, al menos conseguir que acelerase un poco su retirada, regresando al lugar en el que habían sido felices. Pero él no dominaba al dolor. El dolor lo dominaba a él. Y en los meses y años por venir, esperaba que el dolor le enseñase otras muchas cosas. Ésta era tan sólo la primera.
- No quiero que se trate de suerte. Si es una simple cuestión de suerte, no hay nada que yo pueda hacer.
- Yo no paraba de pensar: mamá se muere, pero papá la pierde. Pensé que si repetía la frase suficientes veces acabaría teniendo sentido. O impediría que sucediese lo que iba a suceder
- Cuánto más importante es el tema, menos se puede decir. No sentir, pero sí decir. Porque está tan sólo el hecho en sí mismo y tus sentimientos acerca de ese hecho.
Momentos estelares de la humanidad - Stefan Zweig
Cicerón
Bizancio. Mehmet-Constantino
En lo más puro del pecho palpita el afán
de a un ser más puro, desconocido y extraño,
entregarse agradecido, con total libertad,
penetrando el enigma del eterno Innombrado.
¡Lo llamamos devoción! De tal magnificencia
siento que participo cuando estoy con ella
...
Yo, que un día favorito de los dioses fuera,
me he perdido a mí mismo y al universo.
Pues me enviaron a Pandora como prueba,
rica en dones y aún más rica en riesgos.
Hacia sus labios dadivosos me impelieron,
y al separarme de ellos, me destruyeron.
La huida hacia Dios. Tolstoi
- En su tratado De senectute, instruirse él mismo acerca de que alguien realmente sabio debe aprender que la verdadera dignidad de la vejez y de su vida es la resignación.
- Ahora se ve obligado a permanecer inactivo, quiere aprovecharlo al menos en el sentido de la espléndida frase de Escipión, que de sí mismo dijo que nunca estuvo más activo que cuando no tuvo nada que hacer y nunca menos solo que cuando estaba solo consigo mismo
- Desarmado y sin ofrecer resistencia, brinda a los asesinos su anciana cabeza con estas grandiosas y sabias palabras: "Non ignoravi me mortalem genuisse". Siempre he sabido que soy mortal
Bizancio. Mehmet-Constantino
- El entusiasmo de los sitiados dura una sola noche. La oscuridad, llena de fantasías, excita siempre los sentidos y confunde a la esperanza con el dulce veneno de los sueños. (...) Pero también Mehmet es un soñador, claro está que de una especie distinta y mucho más rara, la de aquellos que con su tesón saben convertir sus sueños en realidad
- "si un pelo de mi barba supiera de mis pensamientos, me lo arrancaría" Mehmet
- Así de terrible es la venganza con quien, injustamente llamado, no supo aprovechar uno de esos grandes momentos que tan rara vez se presentan en la vida de los mortales. Todas las virtudes burguesas -la prudencia, la obediencia, el ahínco y la discreción-, todas ellas se funden impotentes en el ardor de uno de esos grandes momentos del destino que reclaman siempre al genio y quedan plasmados en una imagen duradera. Con desdén, ese momento decisivo rechaza al pusilánime. Y con sus brazos ardientes, como otro dios sobre la Tierra, enaltece sólo al audaz, elevándolo al firmamento de los héroes.
En lo más puro del pecho palpita el afán
de a un ser más puro, desconocido y extraño,
entregarse agradecido, con total libertad,
penetrando el enigma del eterno Innombrado.
¡Lo llamamos devoción! De tal magnificencia
siento que participo cuando estoy con ella
...
Yo, que un día favorito de los dioses fuera,
me he perdido a mí mismo y al universo.
Pues me enviaron a Pandora como prueba,
rica en dones y aún más rica en riesgos.
Hacia sus labios dadivosos me impelieron,
y al separarme de ellos, me destruyeron.
La huida hacia Dios. Tolstoi
- Quien comete el mal es más desdichado en su alma que aquel que lo soporta. Lo compadezco, pero no lo odio.
- Quien sacude nuestra conciencia, aunque sea con los puños, nos hace bien
- El no actuar oculta siempre una cobardía del alma. Hay que ser franco y claro
- No quiere representar egoísticamente los intereses de América, sino el beneficio de todos, pues el interés no une a los hombres, el interés los separa ("interest does not bind men together, interest separates men")
Estupor y temblores - Amélie Nothomb
- Es usted mi superiora, sí. No tengo ningún derecho, lo sé. Pero quería que supiera hasta qué punto me siento decepcionada. La tenía a usted en muy alta estima.
Soltó una carcajada elegante: - Yo no me siento decepcionada. No sentía ninguna estima por usted.
Si por algo merece ser admirada la japonesa -y merece serlo- es porque no se suicida. Conspiran contra su ideal desde su más tierna infancia. Moldean su cerebro: «Si a los veinticinco años todavía no te has casado, tendrás una buena razón para sentirte avergonzada», «si sonríes perderás tu distinción», «si tu rostro expresa algún sentimiento, te convertirás en una persona vulgar», «si mencionas la existencia de un solo pelo sobre tu cuerpo, te convertirás en un ser inmundo», «si, en público, un muchacho te da un beso en la mejilla, eres una puta », «si disfrutas comiendo, eres una cerda», «si dormir te produce placer, eres una vaca», etc. Estos preceptos resultarían anecdóticos si no la emprendieran también con la mente.
Porque, en resumidas cuentas, la estocada que, a través de todos estos dogmas incongruentes, se ha asestado a la nipona es que nada bueno debe esperar de la vida. No aspires a disfrutar porque tu placer te destruirá. No aspires a enamorarte porque no mereces que nadie se enamore de ti: los que te amarían te amarían por tu apariencia, nunca por lo que eres. No esperes que la vida te dé algo, porque cada año que pase te quitará algo. Ni siquiera aspires a una cosa tan sencilla como alcanzar la tranquilidad, porque no tienes ningún motivo para estar tranquila. Aspira a trabajar. Teniendo en cuenta tu sexo, existen pocas posibilidades de que puedas labrarte una buena educación, pero aspira a servir a tu empresa. Trabajar te hará ganar dinero, el cual no te proporcionará ninguna alegría pero al que eventualmente podrás recurrir, en caso de matrimonio, por ejemplo -porque no serás tan estúpida como para creer que alguien pueda interesarte por ti únicamente por tu valor intrínseco…Aparte de esto, puedes aspirar a llegar a vieja, lo que, no obstante, carece de interés, y a no conocer el deshonor, lo que constituye un fin en sí mismo. Aquí termina la lista de tus lícitas esperanzas.
Tiene dos años menos que usted. Según la tradición nipona, es la diferencia de edad perfecta para que sean anesan niobo, una esposa hermana mayor. Los japoneses piensan que éste es el mejor matrimonio: la mujer tiene justo un poco más de experiencia que el hombre. Así le hace sentirse cómodo.
Uno puede extasiarse sobre este recorrido inexorable de la divinidad hasta los retretes. Suele decirse de una cantante capaz de pasar de soprano a contralto que posee una amplia tesitura: me permito subrayar la extraordinaria tesitura de mis talentos, capaces de cantar en todos los registros, tanto en el de Dios como en el de Madame Pipí.
El antiguo protocolo imperial nipón establece que uno deberá dirigirse al Emperador con "estupor y temblores".
Aquella constatación me recordó la frase de André Maurois: "No hables demasiado mal de ti mismo: podrían creerte"
Soltó una carcajada elegante: - Yo no me siento decepcionada. No sentía ninguna estima por usted.
Si por algo merece ser admirada la japonesa -y merece serlo- es porque no se suicida. Conspiran contra su ideal desde su más tierna infancia. Moldean su cerebro: «Si a los veinticinco años todavía no te has casado, tendrás una buena razón para sentirte avergonzada», «si sonríes perderás tu distinción», «si tu rostro expresa algún sentimiento, te convertirás en una persona vulgar», «si mencionas la existencia de un solo pelo sobre tu cuerpo, te convertirás en un ser inmundo», «si, en público, un muchacho te da un beso en la mejilla, eres una puta », «si disfrutas comiendo, eres una cerda», «si dormir te produce placer, eres una vaca», etc. Estos preceptos resultarían anecdóticos si no la emprendieran también con la mente.
Porque, en resumidas cuentas, la estocada que, a través de todos estos dogmas incongruentes, se ha asestado a la nipona es que nada bueno debe esperar de la vida. No aspires a disfrutar porque tu placer te destruirá. No aspires a enamorarte porque no mereces que nadie se enamore de ti: los que te amarían te amarían por tu apariencia, nunca por lo que eres. No esperes que la vida te dé algo, porque cada año que pase te quitará algo. Ni siquiera aspires a una cosa tan sencilla como alcanzar la tranquilidad, porque no tienes ningún motivo para estar tranquila. Aspira a trabajar. Teniendo en cuenta tu sexo, existen pocas posibilidades de que puedas labrarte una buena educación, pero aspira a servir a tu empresa. Trabajar te hará ganar dinero, el cual no te proporcionará ninguna alegría pero al que eventualmente podrás recurrir, en caso de matrimonio, por ejemplo -porque no serás tan estúpida como para creer que alguien pueda interesarte por ti únicamente por tu valor intrínseco…Aparte de esto, puedes aspirar a llegar a vieja, lo que, no obstante, carece de interés, y a no conocer el deshonor, lo que constituye un fin en sí mismo. Aquí termina la lista de tus lícitas esperanzas.
Tiene dos años menos que usted. Según la tradición nipona, es la diferencia de edad perfecta para que sean anesan niobo, una esposa hermana mayor. Los japoneses piensan que éste es el mejor matrimonio: la mujer tiene justo un poco más de experiencia que el hombre. Así le hace sentirse cómodo.
Uno puede extasiarse sobre este recorrido inexorable de la divinidad hasta los retretes. Suele decirse de una cantante capaz de pasar de soprano a contralto que posee una amplia tesitura: me permito subrayar la extraordinaria tesitura de mis talentos, capaces de cantar en todos los registros, tanto en el de Dios como en el de Madame Pipí.
El antiguo protocolo imperial nipón establece que uno deberá dirigirse al Emperador con "estupor y temblores".
Aquella constatación me recordó la frase de André Maurois: "No hables demasiado mal de ti mismo: podrían creerte"
Balzac y la joven costurera china - Dai Sijie
Son hojas de ginkgo. Un árbol magnífico, plantado al fondo de un valle secreto, al este de la aldea de la sastrecilla. Hemos hecho el amor de pie, contra el tronco. Era virgen y su sangra ha caído al suelo, sobre las hojas.
Me ha dicho que Balzac le había hecho comprender algo: la belleza de una mujer es un tesoro que no tiene precio.
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