lunes, 9 de abril de 2012

Pulso - Julian Barnes

Viento del este
  • Lo cierto es que nunca se le había dado muy bien lo de flirtear: nunca atinaba con las palabras adecuadas. Y tras el divorcio se le daba todavía peor, si eso era posible, porque no ponía el corazón en ello. ¿Dónde estaba su corazón? Una pregunta para otro día. El tema de hoy era el flirteo.
  • ¿Y quién ha dicho que haya que hablarlo todo la primera semana?
En la cama con John Updike
  • Siempre había sido urbanita, y su interés por el campo era en gran parte pragmático, un rebaño de ovejas no representaba para ella más que cordero asado.
  • (...) En realidad lo he hecho (...) abrazar la religión (...). Alice estaba perpleja según su visión del mundo, todo era desolador, pero tenías que afrontarlo. Y no tenía mucho sentido modificar tus creencias a estas alturas. Pensó si debía responderle
  • Si admito que he tenido celos, eso me convierte en un amiga mezquina. Y si digo que no, suena como si fuese tan petulante que no encuentro nada en tu vida o en tus libros capaz de provocarme celos.
  • ¿Por qué algunas personas olvidaban lo que debían recordar y recordaban lo que harían mejor olvidando?
  • Tal vez ése fuera el secreto del admirable e incansable aplomo de Alice. Cada pocos años trazaba una línea por debajo de las cosas pasadas y declinaba cualquier responsabilidad.
  • Alice se puso a reflexionar sobre si era mejor tomarse la vida en serio o a la ligera. ¿O se trataba de una falsa antítesis, una simple forma de sentirse superior? Jane, según le parecía a ella, se tomaba la vida a la ligera hasta que algo se torció cuando empezó a buscar soluciones serias como Dios. Mejor tomarse la vida en serio y echar mano de soluciones ligeras. La sátira por ejemplo; o el suicidio. ¿Por qué la gente se agarraba tan rápido a la vida, esa cosa que se les concedía sin haberles consultado? Todas las vidas eran fracasos, tal como leía Alice el mundo, y la perogrullada de Jane de convertir el fracaso en arte era una ingenua fantasía.
  • Te podrías apañar con el azote de una de esas viejas religiones punitivas. El ateísmo estoico es demasiado neutral moralmente para ti.
El universo del Jardinero

  • ¡Un equipo para analizar la tierra! Justo lo que necesitaba. (...) Era un buen regalo, que apelaba -¿a qué exactamente?- tal vez a esa pequeña área de masculinidad que la erosión de las diferencias entres sexos propia de la sociedad moderna todavía no había eliminado. El hombre como cerebrito, como potencial cazador-recolector, como boy scout; un poco de cada uno de ellos. En su círculo de amistades, ambos sexos compartían la compra, la cocina, las tareas de la casa, el cuidado de los niños, la conducción del coche y el ganar dinero. Aparte de ponerse su propia ropa, no había casi nada que uno de los miembros de la pareja hiciese y que el otro no fuese igualmente capaz de hacer. E igualmente desease, o detestase, hacer. Pero un equipo para analizar la tierra, eso era sin ninguna duda cosa de chicos. La brillante Martha lo ha logrado de nuevo.
  • El matrimonio era una democracia de dos
  • Él era consciente de ese rasgo de su carácter, una tendencia a conformarse con lo aproximativo, lo que una airada novia que tuvo llamaba "simplemente ser increíble y jodidamente perezoso", una descripción que él siempre había valorado
  • El matrimonio era una democracia de dos, excepto cuando hay empate, en cuyo caso desciende hacia la autocracia
En casa de Phil y Joanna

  • Mientras tomaban una copa, le dijo como quien no quiere la cosa: "un amigo mío me dijo el otro día que había caído en la cuenta de que ahora las mujeres usan más las manos mientras hacen el amor" Y esa mujer respondió: "bueno, tu amigo debe tener una polla muy pequeña. O no debe ser muy bueno usándola."
  • Los chistes son una buena manera de hablar en serio. A menudo la mejor manera
  • Si las mujeres supieran lo que dicen de ellas los hombres a sus espaldas, no les parecería muy alentador. Y si los hombres supieran lo que dicen de ellos las mujeres a sus espaldas.... -Se les marchitaría la polla. -Las mujeres pueden simularlo. Los hombres no. Es la ley de la selva. -La ley de la selva es la violación, no la simulación del orgasmo. -El ser humano es la única criatura que puede reflexionar sobre su propia existencia, imaginar su propia muerte y simular un orgasmo. No somos los elegidos de Dios por casualidad.
  • Pete es un de esos que llevan la cuenta. Ya sabéis, del número de mujeres. Recordaba el día exacto en que llegó a la decena y el día en que alcanzó la cincuentena. -Bueno todos llevamos la cuenta -¿En serio? -Sí, yo recuerdo perfectamente cuando llegué a dos
  • ¿Quién dijo aquello de que tenían opiniones contundentes débilmente argumentadas? A.J.P Taylor
  • Su idea del sufrimiento es cuando una mujer no les corresponde con sexo a una invitación a cenar
Las líneas del matrimonio

  • Sabía que no volvería. Pero las lágrimas no eran por eso, o por él, ni siquiera por ella, por sus recuerdos de pareja. Eran lágrimas por su propia estupidez. Y por su arrogancia. Había creído que podría revivir y empezar a despedirse. Había creído que el dolor podía aplacarse, o si no aplacarse, al menos conseguir que acelerase un poco su retirada, regresando al lugar en el que habían sido felices. Pero él no dominaba al dolor. El dolor lo dominaba a él. Y en los meses y años por venir, esperaba que el dolor le enseñase otras muchas cosas. Ésta era tan sólo la primera.
Carcasona

  • No quiero que se trate de suerte. Si es una simple cuestión de suerte, no hay nada que yo pueda hacer.
Pulso

  • Yo no paraba de pensar: mamá se muere, pero papá la pierde. Pensé que si repetía la frase suficientes veces acabaría teniendo sentido. O impediría que sucediese lo que iba a suceder
  • Cuánto más importante es el tema, menos se puede decir. No sentir, pero sí decir. Porque está tan sólo el hecho en sí mismo y tus sentimientos acerca de ese hecho. 

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