domingo, 9 de noviembre de 2008

Por qué no soy cristiano. Bertrand Russell

- El argumento de la causa primera. La autobiografía de John Stuart Mill: Mi padre me enseño que la pregunta ¿quién me hizo? No puede responderse ya que inmediatamente sugiera la pregunta ¿Quién hizo a Dios?. Esa sencilla frase me demostró, y así lo sigo creyendo, la falacia del argumento de la causa primera. Si todo tiene que tener alguna causa, entonces Dios debe tener una causa. No hay razón para suponer que el mundo haya tenido un comienzo. (La idea de que las cosas tienen que tener un principio se debe realmente a la pobreza de nuestra imaginación).
- El argumento de la ley natural. Ahora sabemos que muchas cosas que considerábamos como leyes naturales son realmente convencionalismos humanos. Los argumentos usados a favor de la existencia de Dios cambian de carácter con el tiempo. Al principio, eran duros argumentos intelectuales que incorporaban ciertas falacias bien definidas. Al llegar a la época moderna, se hicieron menos respetables intelectualmente y estuvieron cada vez más influidos por una especie de vaguedad moralizadora.
- El argumento del plan. Todo el mundo está hecho para que podamos vivir en él, y si el mundo variase un poco, no podríamos vivir. Desde Darwin entendemos mucho mejor por qué las criterios vivas se adaptan al medio. No es que el medio fuera adecuado a ellas, sino que ellas se hicieron adecuadas al medio y esa es la base de la adaptación. No hay en ello ningún indicio de plan.
- Los argumentos morales de la deidad. Antiguamente solía haber tres argumentos intelectuales de la existencia de Dios, que fueron suprimidos por Kant en la Crítica de la razón pura, pero encontró otro nuevo, un argumento moral. Era como mucha gente: en materia intelectual era escéptico pero en materia moral creía implícitamente en las máximas que su madre la había enseñado. La fuerza inmensamente mayor que tienen en nosotros las asociaciones primitivas sobre las posteriores. Este argumento moral, no habría bien ni mal si Dios no existiera. En realidad el mundo que conocemos fue hecho por el demonio en un momento en que Dios no estaba mirando
- El argumento del remedio de la injusticia. Lo que realmente hace que la gente crea en Dios no son los argumentos intelectuales, sino porque le han enseñado a creer desde su infancia, y la razón más poderosa después de esta es el deseo de seguridad, la sensación de que hay un hermano mayor que cuidará de uno.
- El carácter de Cristo. No hagáis resistencia al agravio, si alguno te hiriese la mejilla derecha, vuelve también la otra. No es un precepto nuevo, Lao Tse y Buda lo usaron antes.
- Defectos de las enseñanzas de Cristo. El creía que su segundo advenimiento ocurriría durante la vida de muchos que vivían entonces
- El problema moral. A mi modo de pensar hay un muy grave defecto en el carácter moral de Cristo, y es que creía en el infierno. Yo no siento que ninguna persona que realmente sea profundamente humana pueda creer en un castigo eterno. Ciertamente Cristo, tal como lo retratan los Evangelios, creía en el castigo eterno, y uno encuentra repetidamente una furia vengativa hacia aquellos que no escuchaban sus prédicas: una actitud que no es rara en los predicadores, pero que desdice algo de la excelencia superlativa.
- Afirmo que la religión cristiana, tal como está organizada en iglesias, ha sido y es aún, la principal enemiga del progreso moral del mundo.
- La religión se basa, pienso, principal y primariamente en el miedo. El miedo es el padre de la crueldad, y por tanto no es sorprendente que crueldad y religión han ido tomadas de la mano. La ciencia puede ayudarnos a superar este cobarde temor en que ha vivido la humanidad por tantas generaciones. La ciencia puede enseñarnos, y yo pienso que nuestros propios corazones pueden enseñarnos, a dejar de buscar apoyos imaginarios, a dejar de inventarnos aliados en el cielo, sino mejor a mirar a nuestros propios esfuerzos aquí en la tierra para hacer de este mundo un lugar más adecuado para vivir, en vez de la clase de lugar que las Iglesias han hecho de él durante todos estos siglos.
- La vida buena está inspirada por el amor y guiada por el conocimiento. … El amor como emoción se mueve entre dos polos, de un lado, el puro gozo de la contemplación; del otro, la benevolencia pura.
- La persona que desea ser amada desea ser objeto de un amor que contenga ambos elementos, excepto en los casos de extrema debilidad, como en la infancia y en la enfermedad grave. … Deseamos afecto con el fin de escapar a la sensación de soledad, con el fin de ser, como se dice “comprendidos”. Es un asunto de simpatía, no meramente de benevolencia; la persona cuyo afecto nos es satisfactorio no sólo debe desearnos el bien, sino que debe saber en qué consiste nuestra felicidad. Pero esto pertenece al otro elemento de la vida buena, a saber, el conocimiento. En un mundo perfecto, todo ser consciente sería para los demás objeto del amor pleno, compuesto de gozo, benevolencia y comprensión íntimamente ligados.
- Así lo que distingue a la ética de la ciencia no es una clase especial de conocimientos, sino sencillamente el deseo. El saber que requiere la ética es exactamente igual que el saber requerido en general.
- Sé que la filosofía puede consolar, podría decir McTaggart, porque a mí me consuela
- La metafísica, cuando pretende ocupar el lugar de la religión, equivoca de verdad su función. Admito que pueda ocupar ese lugar; pero lo hace a mi entender, a expensas de ser mala metafísica. ¿Por qué no admitir que la metafísica, como la ciencia, está justificada por la curiosidad intelectual y debe ser guiada solamente por ella? El deseo de hallar consuelo en la metafísica ha producido, tenemos que reconocerlo, una gran cantidad de razonamientos falsos y de deshonestidad intelectual.
- Antiguamente el hombre estaba sometido a la naturaleza: a la naturaleza inanimada, con respecto al clima y la abundancia de las cosechas; a la naturaleza humana, con respecto a los impulsos ciegos que lo impulsaban a procrear y a combatir. El sentimiento de impotencia resultante era utilizado por la religión para transformar le miedo en deber y la resignación en virtud.
- El pecado es lo que desagrada a los que dirigen la educación
- Un código es bueno o malo según fomente la felicidad humana
- Una mujer, como un hombre, debe trabajar para ganarse la vida, y una mujer ociosa no es intrínsecamente más digna de respeto que un gigoló
- Pienso que todas las grandes religiones del mundo (...) son tan falsas como dañinas. Es evidente, como cuestión lógica que, ya que discrepan entre sí, no más que una de ellas puede estar en lo cierto. Con muy pocas excepciones, la religión que acepta un hombre es la de la comunidad en que vive, lo que hace obvio que la influencia del ambiente es lo que lo ha llevado a esa religión.
- La mayoría de las personas cree en Dios porque se les ha enseñado desde la más temprana infancia a hacerlo, y ésta es la razón principal. Luego creo que la siguiente razón más poderosa es el deseo de seguridad, una especie de sentimiento de que hay un gran hermano que cuidará de uno. Esto juega un muy profundo papel en influir en los deseos de las personas de creer en Dios.
- COPLESTON: Bien, yo traje a colación la obligación moral porque pienso que uno puede acercarse por ese camino a la cuestión de la existencia de Dios. La gran mayoría de la raza humana hará, y siempre ha hecho, alguna distinción entre el bien y el mal. La gran mayoría, a mi entender, tiene alguna conciencia de una obligación en la esfera moral. Yo opino que la percepción de valores y la conciencia de una ley y una obligación morales tienen su mejor aplicación en la hipótesis de una razón trascendente del valor y de un autor de la ley moral. No entiendo por «autor de la ley moral» un autor arbitrario de la ley moral. Creo, en realidad, que esos ateos modernos que han sostenido, a la inversa, «no hay Dios; por lo tanto, no hay valores absolutos ni ley absoluta» son completamente lógicos.
- COPLESTON: La existencia de Dios puede ser probada filosóficamente, mediante un argumento metafísico; segundo, que sólo la existencia de Dios da sentido a la experiencia moral y a la experiencia religiosa del hombre. Además, su teoría da de lado a la obligación moral, y eso no es una explicación. Con respecto al argumento metafísico, aparentemente estamos de acuerdo en que lo que llamamos mundo consiste sencillamente en seres contingentes. Es decir, en seres carentes de razón para su propia existencia. Usted dice que la serie de acontecimientos no necesita explicación: yo digo que, si no hubiera un ser necesario, un ser que tuviera que existir y no pudiera dejar de existir, no existiría nada. El carácter infinito de la serie de seres contingentes, aun probado, no conduciría a nada. Hay algo que existe; por lo tanto tiene que haber algo que explique este hecho, un ser que esté al margen de la serie de seres contingentes. Usted sostiene, según creo, que los seres existentes existen sencillamente, y que no hay justificación para plantear la cuestión de la explicación de su existencia.
- RUSSELL: Mi posición es agnóstica. Con respecto al argumento moral advierto que cuando uno estudia antropología o historia se da cuenta de que hay personas que piensan que su deber consiste en realizar actos que yo considero abominables y, por lo tanto, no puedo atribuir origen divino a la materia de la obligación moral, cosa que el padre Copleston no me pide; pero creo que incluso la forma que toma la obligación moral, cuando se trata de ordenarle a uno que se coma a su padre, por ejemplo, no me parece una cosa muy noble y bella; y, por lo tanto, no puedo atribuir origen divino a la obligación moral en este sentido que creo que puede explicarse fácilmente de otras muchas maneras. Yo no creo que la moral dependa de la religión tanto como cree la gente religiosa. Incluso creo que algunas virtudes importantes suelen darse más entre los que rechazan los dogmas religiosos que entre los que los aceptan. Creo que esto puede aplicarse especialmente a la virtud de la sinceridad o integridad intelectual. Entiendo por integridad intelectual la costumbre de decidir las cuestiones problemáticas en base a una prueba, o de dejarlas

España invertebrada. Ortega y Gasset

- La diferencia de los caracteres, dada la homogeneidad de la materia humana, es ante todo una diferencia de localización espiritual. Por eso, el talento psicológico consiste en una fina percepción de los lurgares que dentro de cada individuo ocupan las pasiones; por lo tanto, en un sentido de la perspectiva. El sentido para la social, lo político, lo histórico es del mismo linaje.
- Por una curiosa inversión de las potencias imaginativas, suele el español hacerse ilusiones sobre su pasado en vez de hacérselas sobre el porvenir, que sería más fecundo. Hay quien se consuela de las derrotas que hoy nos inflingen los moros, recordando que el Cid existió , en vez de preferir almacenar en el pasado los desastres y procurar victorias para el presente.
- Ahora bien: ¿no es el peor pesimismo creer, como es usado, que España fue un tiempo la raza más perfecta, pero que luego declinó en pertinaz decadencia? ¿No equivale esto a pensar que nuestro pueblo tuvo ya su hora mejor y se halla en irremediable decrepitud?
- A mi juicio, el síntoma más elocuente de la hora actual es la ausencia en toda Europa de una ilusión hacia el mañana
- Hay quien sabe vivir como un sonámbulo; yo no he logrado aprender este cómodo estilo de existencia. Necesito vivir de claridades y lo más despierto posible.
- La historia de toda nación, y sobre todo de la nación latina, es un vasto sistema de incorporación
- Es falso suponer que la unidad nacional se funda en la unidad de sangre y viceversa. La diferencia racial, lejos de excluir la incorporación histórica, subraya lo que hay de específico en la génesis de todo gran Estado.
- La historia de la decadencia de una nación es la historia de una vasta desintegración.
- Mandar no es simplemente convencer ni simplemente obligar, sino una exquisita mixtura de ambas cosas. La sugestión moral y la imposición material van íntimamente fundidas en todo acto de imperar. Yo siento mucho no coincidir con el pacifismo contemporáneo en su antipatía hacia la fuerza; sin ella no habría habido nada de lo que más nos importa en el pasado, y si la excluimos del porvenir sólo podremos imaginar una humanidad caótica. Pero también es cierto que con sólo la fuerza no se ha hecho nunca cosa que merezca la pena.
- Los grupos que integran un Estado viven juntos para algo: son una comunidad de propósitos, de anhelos, de grandes utilidades. No conviven por estar juntos, sino para hacer juntos algo.
- No es el ayer, el pretérito, el haber tradicional, lo decisivo para que una nación exista. Este error nace, como ya he indicado, de buscar en la familia, en la comunidad nativa, previa, ancestral, en el pasado, en suma, el origen del Estado. Las naciones se forman y viven de tener un programa para mañana.
- Se ha hecho de la fuerza lo contrapuesto al espíritu, o cuando más, una manifestación espiritual de carácter inferior
- Porque no se le dé vueltas: España es una cosa hecha por Castilla y hay razones para ir sospechando que, en general, sólo cabezas castellanas tienen órganos adecuados para percibir el gran problema de la España integral.
- La unidad española fue, ante todo y sobre todo, la unificación de las dos grandes políticas internacionales que a la sazón había en la península: la de Castilla, hacia África y el centro de Europa; la de Aragón hacia el mediterráneo.
- Aquí sin embargo, parece que la unidad es la causa y la condición para hacer grandes cosas. ¿Quién lo duda? Pero es más interesante y más honda, y con verdad de más quilates, la relación inversa; la idea de grandes cosas por hacer engendrar la unificación nacional.
- Para entender una cosa es preciso ponerse a su compás. ¿cómo podrán entenderse dos almas de tempo melódico distintos? Si queremos intimar con algo o con alguien, tomemos primero el pulso de su vital melodía y según él exija, galopemos un rato a su vera o pongamos al paso nuestro corazón.
- De 1580 hasta el día cuanto España acontece es decadencia y desintegración. El proceso incorporativo va en crecimiento hasta Felipe II. El año vigésimo de su reinado puede considerarse como la divisoria de los destinos peninsulares. Hasta su cima, la historia de España es ascendente y acumulativa; desde ella hacia nosotros, la historia de España es decadente y dispersiva.
- La esencia del particularismo es que cada grupo dejo de sentirse a sí mismo como parte, y en consecuencia deja de compartir los sentimientos de los demás. No le importan las esperanzas o necesidades de los otros y no se solidarizará con ellos para auxiliarlos en su afán.
- Cuando una sociedad se consume víctima del particularismo, puede siempre afirmar que le primero en mostrarse particularista fue precisamente el poder central. Y esto es lo que ha pasado en España.
- No se emprende nada nuevo, ni en lo político, ni en lo científico, ni en lo moral. Toda la actividad que resta se emplea precisamente “en no hacer nada nuevo” en conservar el pasado, instituciones y dogmas, en sofocar toda iniciación, todo fenómeno innovador. Castilla se transforma en lo más opuesto a sí misma: se vuelve suspicaz, angosta, sórdida, agria. Ya no se ocupa de potenciar la vida de las otras regiones; celosa de ellas, las abandona a sí mismas y empieza a no enterarse de lo que en ellas pasa.
- La afirmación de la diferencia étnica, el entusiasmo por sus idiomas, la crítica de la política central, me parece que o no tiene importancia o si la tiene, podría aprovecharse en sentido favorable.
- Las clases y los grupos profesionales en cambio nacen desde luego como partes. Tal es el particularismo de clase, síntoma mucho más grave de descomposición que los movimientos de secesión étnica y territorial
- Los políticos actuales son fiel reflejo de los vicios étnicos de España
- La única forma de actividad pública que al presente, satisface a cada clase es la imposición inmediata de su señera voluntad, en suma, la acción directa
- Cuando un loco o un imbécil se convence de algo, no se da por convencido él solo, sino que al mismo tiempo, cree que están convencidos todos los demás mortales. No consideran pues necesario esforzarse en persuadir a los demás
- Años de soledad han enseñado al egregio espíritu del señor Maura, que para hacer grandes cosas es la peor una táctica de exclusiones. Las revoluciones y cambios victoriosos han solido hacerse con ideas de amplísimo seno, al paso que la revolución obrera va en derrota, por su absurda pretensión de triunfar a fuerza de exclusiones. Es penoso observar que desde hace muchos años, en el periódico, en el sermón y en el mitin, se renuncia desde luego a convencer al infiel y se habla sólo al parroquiano ya convicto. A esto se debe el progresivo encanijamiento de los grupos de opinión.
- Nos falta la cordial efusión del combatiente y nos sobra la arisca soberbia del triunfante. No queremos luchar: queremos simplemente vencer.
- La influencia pública o, si se prefiere llamarla así, la influencia social, emana de energías muy diferentes de las que actúan en la influencia privada que cada persona puede ejercer sobre la vecina. Un hombre no es nunca eficaz por sus cualidades individuales, sino por la energía social que la masa ha depositado en él. Sus talentos personales fueron sólo el motivo, ocasión o pretexto para que se condensase en él ese dinamismo social. Así, un político irradiará tanto de influjo público cuanto sea el entusiasmo y confianza que su partido haya concentrado en él. Un escritor logrará saturar la conciencia colectiva en la medida que el público sienta hacia él devoción. En cambio, sería falso decir que un individuo influye en la proporción de su talento o de su laboriosidad. La razón es clara: cuanto más hondo, sabio y agudo sea un escritor, mayor distancia habrá entre sus ideas y las del vulgo, y más difícil su asimilación por el público. Sólo cuando el lector vulgar tiene fe en el escritor y le reconoce una gran superioridad sobre sí mismo, pondrá el esfuerzo necesario para elevarse a su comprensión. En un país donde la masa es incapaz de humildad, entusiasmo y adoración a lo superior se dan todas las probabilidades para que los únicos escritores influyentes sean los más vulgares; es decir, los más fácilmente asimilables; es decir, los más rematadamente imbéciles.
- Es completamente erróneo suponer que el entusiasmo de las masas depende del valer de los hombres directores. La verdad es estrictamente lo contrario: el valor social de los hombres directores depende de la capacidad de entusiasmo que posea la masa.
- Un pueblo vive de lo mismo que le dio la vida: la aspiración. No el pasado sino el futuro, no la tradición, sino el afán. Esas grandes empresas no pueden hoy, pro lo pronto, consistir más que en una gigantesca, dinámica reforma de la vida interior de España orientada hacia un destino internacional: la unificación espiritual de los pueblos de habla española. Nada de eso se puede iniciar sin convencernos antes de que en España hoy, como siempre, es deducidísimo el número de hombres bien dotados. Culto al hombre selecto.
- Así, cuando en una nación la masa se niega a ser masa –esto es, a seguir a la minoría directora-, la nación se deshace, la sociedad se desmembra y sobreviene el caos social, la invertebración histórica.
- Que una sociedad sea inmoral, tenga o contenga inmoralidad, es grave; pero que una sociedad no sea una sociedad, es mucho más grave. Pues bien: éste es nuestro caso. La sociedad española se está disociando desde hace largo tiempo porque tiene infeccionada la raíz misma de la actividad socializadora.
- Este fenómeno mortal de insubordinación espiritual de las masas contra toda minoría eminente se manifiesta con tanta mayor exquisitez cuanto más nos alejamos de la zona política.
- Dondequiera asistimos al deprimente espectáculo de que los peores, que son los más, se revuelven frenéticamente contra los mejores.
- Hay en la historia una perenne sucesión alternada de dos clases de épocas: épocas de formación de aristocracias y con ellas de la sociedad, y épocas de decadencia de esas aristocracias, y con ella disolución de la sociedad.
- En vez de analizar previamente lo que es, las condiciones ineludibles de cada realidad, se procede desde luego a dictaminar sobre como deben ser las cosas. Éste ha sido el vicio característico de los <>, de los <> y más o menos, de todo espíritu llamado <> o <>. Se trata de una actitud mental sobremanera cómoda.
- Pero esta suplantación de lo real por lo abstractamente deseable es un síntoma de puerilidad.
- Por tanto, desde el punto de vista <<ético>> o <> no se puede construir el ideal de una sociedad. Ésta fue la aberración de los siglos XVIII y XIX. Con la moral y el derecho solos no se llega ni siquiera a asegurar que nuestra utopía social sea plenamente justa, no hablemos de otras calidades más perentorias aún que la justicia para una sociedad.
- Píndaro en su ilustre imperativo <>
- He aquí el mecanismo elemental creador de toda sociedad; la ejemplaridad de unos pocos se articula en la docilidad de otros muchos. El resultado es que el ejemplo cunde y que los inferiores se perfeccionan en el sentido de los mejores.
- El dato que mejor define la peculiaridad de una raza es el perfil de los modelos que elige, como nada revela mejor la radical condición de un hombre que los tipos femeninos de que es capaz de enamorarse. En la elección de la amada hacemos, sin saberlo, nuestra más verídica confesión.
- Lo primero que el historiador debiera hacer para definir el carácter de una nación o de una época es fijar la ecuación peculiar en que las relaciones de sus masas con las minorías selectas se desarrollan dentro de ella
- Hay razas que se han caracterizado por una abundancia casi monstruosa de personalidades ejemplares, tras las cuales sólo había una masa exigua, insuficiente e indócil. Este fue el caso de Grecia, y éste es el origen de su inestabilidad histórica.
- Genial como cultura, fue Grecia inconsistente como cuerpo social y como Estado. Un caso inverso es el que ofrecen Rusia y España, los dos extremos de la gran diagonal europea. Muy diferentes en otra porción de calidades, coinciden Rusia y España en ser las dos razas –pueblo-; esto es, en padecer una evidente y perdurable escasez de individuos eminentes.
- La personalidad autónoma, que adopta ante la vida una actitud individual y consciente, ha sido rarísima en nuestro país. Aquí lo ha hecho todo el <>, y lo que el <> no ha podido hacer se ha
- quedado sin hacer.
- Esto quiere decir que España posee una estructura específica idéntica a las de Francia, Inglaterra e Italia. Las cuatro naciones se forman por la conjunción de tres elementos, dos de los cuales son comunes a todas y sólo uno varía. Esos tres elementos son: la raza relativamente autóctona, el sedimento civilizatorio romano y la inmigración germánica.
- Siendo, pues, los germanos el ingrediente decisivo, también lo serán para los efectos de la diferenciación, con lo cual llego a un pensamiento que parecerá escandaloso, pero que me interesa dejar aquí someramente formulado, a saber: la diferencia entre Francia y España se deriva, no tanto de la diferencia entre galos e íberos como de la diferente calidad de los pueblos germánicos que invadieron ambos territorios. Va de Francia a España lo que va del franco al visigodo. Pues bien: en la creación de fórmas sociales el rasgo más característico de los germanos fue el feudalismo. Este dominio sobre la tierra, fundado precisamente en que no se labra, es el <>
- La rebelión sentimental de las masas, el odio a los mejores, la escasez de éstos, he ahí la razón verdadera del gran fracaso hispánico.
- Lejos de eso, la convivencia estatal, la unidad civil soberana radica en la voluntad histórica, y no en la fatalidad biológica, de convivir.
- El hombre inteligente ve constantemente a sus pies abierto e insondable el abismo de la estulticia. Por eso es inteligente: lo ve y retiene su pie cautelosamente

Antología personal. León Felipe.

  • ¡Qué pena!
    ¡Qué pena si este camino fuera de muchísimas
    leguas
    y siempre se repitieran
    los mismos pueblos, la mismas ventas
    los mismos rebaños, las mismas recuas!
    ¡Qué pena si esta vida tuviera
    --esta vida nuestra--
    mil años de existencia!
    ¿Quién la haría hasta el fin llevadera?
    ¿Quién la soportaría toda sin protesta?
    ¿Quién lee diez siglos en la Historia y no la
    cierra
    al ver las mismas cosas siempre con distinta
    fecha?
    Los mismos hombres, las mismas guerras,
    los mismos tiranos, las mismas cadenas,
    y los mismos farsantes, las mismas sectas
    ¡y los mismos, los mismos poetas!

    ¡Qué pena,
    que sea así todo siempre, siempre de la misma
    manera!
  • ¡Qué lástima!

¡Qué lástima
que yo no pueda cantar a la usanza
de este tiempo lo mismo que los poetas que hoy cantan!
¡Qué lástima
que yo no pueda entonar con una voz engolada
esas brillantes romanzas
a las glorias de la patria!
¡Qué lástima
que yo no tenga una patria!
Sé que la historia es la misma, la misma siempre, que pasa
desde una tierra a otra tierra, desde una raza
a otra raza,
como pasan
esas tormentas de estío desde esta a aquella comarca.
¡Qué lástima
que yo no tenga comarca,
patria chica, tierra provinciana!
Debí nacer en la entraña
de la estepa castellana
y fui a nacer en un pueblo del que no recuerdo nada;
pasé los días azules de mi infancia en Salamanca,
y mi juventud, una juventud sombría, en la Montaña.
Después... ya no he vuelto a echar el ancla,
y ninguna de estas tierras me levanta
ni me exalta
para poder cantar siempre en la misma tonada
al mismo río que pasa
rodando las mismas aguas,
al mismo cielo, al mismo campo y en la misma casa.
¡Qué lástima
que yo no tenga una casa!
Una casa solariega y blasonada,
una casa
en que guardara,
a más de otras cosas raras,
un sillón viejo de cuero, una mesa apolillada
(que me contaran
viejas historias domésticas como a Francis Jammes y a Ayala)
y el retrato de mi abuelo que ganara
una batalla.
¡Qué lástima
que yo no tenga un abuelo que ganara
una batalla,
retratado con una mano cruzada
en el pecho, y la otra en el puño de la espada!
Y, ¡qué lástima
que yo no tenga siquiera una espada!
Porque..., ¿Qué voy a cantar si no tengo ni una patria,
ni una tierra provinciana,
ni una casa
solariega y blasonada,
ni el retrato de un mi abuelo que ganara
una batalla,
ni un sillón viejo de cuero, ni una mesa, ni una espada?
¡Qué voy a cantar si soy un paria
que apenas tiene una capa!

Sin embargo...
en esta tierra de España
y en un pueblo de la Alcarria
hay una casa
en la que estoy de posada
y donde tengo, prestadas,
una mesa de pino y una silla de paja.
Un libro tengo también. Y todo mi ajuar se halla
en una sala
muy amplia
y muy blanca
que está en la parte más baja
y más fresca de la casa.
Tiene una luz muy clara
esta sala
tan amplia
y tan blanca...
Una luz muy clara
que entra por una ventana
que da a una calle muy ancha.
Y a la luz de esta ventana
vengo todas las mañanas.
Aquí me siento sobre mi silla de paja
y venzo las horas largas
leyendo en mi libro y viendo cómo pasa
la gente a través de la ventana.
Cosas de poca importancia
parecen un libro y el cristal de una ventana
en un pueblo de la Alcarria,
y, sin embargo, le basta
para sentir todo el ritmo de la vida a mi alma.
Que todo el ritmo del mundo por estos cristales pasa
cuando pasan
ese pastor que va detrás de las cabras
con una enorme cayada,
esa mujer agobiada
con una carga
de leña en la espalda,
esos mendigos que vienen arrastrando sus miserias, de
Pastrana,
y esa niña que va a la escuela de tan mala gana.
¡Oh, esa niña! Hace un alto en mi ventana
siempre y se queda a los cristales pegada
como si fuera una estampa.
¡Qué gracia
tiene su cara
en el cristal aplastada
con la barbilla sumida y la naricilla chata!
Yo me río mucho mirándola
y la digo que es una niña muy guapa...
Ella entonces me llama
¡tonto!, y se marcha.
¡Pobre niña! Ya no pasa
por esta calle tan ancha
caminando hacia la escuela de muy mala gana,
ni se para
en mi ventana,
ni se queda a los cristales pegada
como si fuera una estampa.
Que un día se puso mala,
muy mala,
y otro día doblaron por ella a muerto las campanas.

Y en una tarde muy clara,
por esta calle tan ancha,
al través de la ventana,
vi cómo se la llevaban
en una caja
muy blanca...
En una caja
muy blanca
que tenía un cristalito en la tapa.
Por aquel cristal se la veía la cara
lo mismo que cuando estaba
pegadita al cristal de mi ventana...
Al cristal de esta ventana
que ahora me recuerda siempre el cristalito de aquella caja
tan blanca.
Todo el ritmo de la vida pasa
por el cristal de mi ventana...
¡Y la muerte también pasa!

¡Qué lástima
que no pudiendo cantar otras hazañas,
porque no tengo una patria,
ni una tierra provinciana,
ni una casa
solariega y blasonada,
ni el retrato de un abuelo que ganara
una batalla,
ni un sillón de viejo cuero, ni una mesa, ni una espada,
y soy un paria
que apenas tiene una capa...
venga, forzado, a cantar cosas de poca importancia!

  • Más sencilla...

Más sencilla... más sencilla.
Sin barroquismo,
sin añadidos ni ornamentos.
Que se vean desnudos
los maderos,
desnudos
y decididamente rectos.

«Los brazos en abrazo hacia la tierra,
el mástil disparándose a los cielos.»

Que no haya un solo adorno
que distraiga este gesto...
este equilibrio humano
de los dos mandamientos.
Más sencilla... más sencilla...
haz una cruz sencilla, carpintero.

  • Poemas menores
    Noe s lo que me trae cansado
    Este camino de ahora…
    No cansa
    Una vuelta sola,
    Cansa el estar todo un día
    Hora tras hora,
    Y día tras día un añoY año tras año una vida dando vueltas a la noria

  • ¡Qué solo estoy, Señor!

¡Qué solo estoy, Señor!
¡Qué solo y qué rendido
de andar a la ventura
buscando mi destino!
En todos los mesones
he dormido,
en mesones de amor
y en mesones malditos,
sin encontrar jamás
mi albergue decisivo.
Y ahora estoy aquí, solo...
rendido
de andar a la ventura
por todos los caminos.
Ahora estoy aquí, solo,
en este pueblo de Avila escondido
pensando
que no está aquí mi sitio,
que no está aquí tampoco
mi albergue decisivo.

El Conde Lucanor. Don Juan Manuel

Patronio, el sabio consejero que contaba a su señor el conde lucanor, los ejemplos para adoctrinarle en los peligros del mundo.
El buen hombre y su hijo (con el burro)
El escolar y el nigromante
Los tres hijos del rey moro
El paño maravilloso
El mozo que se casó con mujer brava
La prueba de la amistad

Poésies. Un saison en enfer. Illuminations. Arthur Rimbaud

► Première Soirée
- Elle était fort déshabillée
Et de grands arbres indiscrets
Aux vitres jetaient leur feuillée
Malinement, tout près, tout près.
Assise sur ma grande chaise,
Mi-nue, elle joignait les mains.
Sur le plancher frissonnaient d'aise
Ses petits pieds si fins, si fins.
- Je regardai, couleur de cire,
Un petit rayon buissonnier
Papillonner dans son sourire
Et sur son sein, - mouche au rosier.
- Je baisai ses fines chevilles.
Elle eut un doux rire brutal
Qui s'égrenait en claires trilles,
Un joli rire de cristal.
Les petits pieds sous la chemise
Se sauvèrent : " Veux-tu finir ! "
- La première audace permise,
Le rire feignait de punir !
- Pauvrets palpitants sous ma lèvre,
Je baisai doucement ses yeux :
- Elle jeta sa tête mièvre
En arrière : " Oh ! c'est encor mieux !...
Monsieur, j'ai deux mots à te dire... "
- Je lui jetai le reste au sein
Dans un baiser, qui la fit rire
D'un bon rire qui voulait bien...
- Elle était fort déshabillée
Et de grands arbres indiscrets
Aux vitres jetaient leur feuillée
Malinement, tout près, tout près.

► Soleil et chair
Le Monde a soif d’amour : tu viendras l’apaiser

► Ma bohème (fantaisie)
Je m'en allais, les poings dans mes poches crevées;
Mon paletot soudain devenait idéal;
J'allais sous le ciel, Muse, et j'étais ton féal;
Oh! là là! que d'amours splendides j'ai rêvées!
Mon unique culotte avait un large trou.
Petit-Poucet rêveur, j'égrenais dans ma course
Des rimes. Mon auberge était à la Grande-Ourse.
Mes étoiles au ciel avaient un doux frou-frou
Et je les écoutais, assis au bord des routes,
Ces bons soirs de septembre où je sentais des gouttes
De rosée à mon front, comme un vin de vigueur;
Où, rimant au milieu des ombres fantastiques,
Comme des lyres, je tirais les élastiques
De mes souliers blessés, un pied près de mon coeur!

► Voyelles
A noir, E blanc, I rouge, U vert, O bleu : voyelles,
Je dirai quelque jour vos naissances latentes :
A, noir corset velu des mouches éclatantes
Qui bombinent autour des puanteurs cruelles,
Golfes d'ombre ; E, candeurs des vapeurs et des tentes,
Lances des glaciers fiers, rois blancs, frissons d'ombelles ;
I, pourpres, sang craché, rire des lèvres belles
Dans la colère ou les ivresses pénitentes ;
U, cycles, vibrement divins des mers virides,
Paix des pâtis semés d'animaux, paix des rides
Que l'alchimie imprime aux grands fronts studieux ;
O, suprême Clairon plein des strideurs étranges,
Silences traversés des Mondes et des Anges :
O l'Oméga, rayon violet de Ses Yeux !

► L'étoile a pleuré rose au coeur de tes oreilles
L'étoile a pleuré rose au coeur de tes oreilles,
L'infini roulé blanc de ta nuque à tes reins
La mer a perlé rousse à tes mammes vermeilles
Et l'Homme saigné noir à ton flanc souverain.

► Le bateau ivre
Comme je descendais des Fleuves impassibles,Je ne me sentis plus guidé par les haleurs :Des Peaux-Rouges criards les avaient pris pour cibles,Les ayant cloués nus aux poteaux de couleurs.J'étais insoucieux de tous les équipages,Porteur de blés flamands ou de cotons anglais.Quand avec mes haleurs ont fini ces tapages,Les Fleuves m'ont laissé descendre où je voulais.Dans les clapotements furieux des marées,Moi, l'autre hiver, plus sourd que les cerveaux d'enfants,Je courus ! Et les Péninsules démarréesN'ont pas subi tohu-bohus plus triomphants.La tempête a béni mes éveils maritimes.Plus léger qu'un bouchon j'ai dansé sur les flotsQu'on appelle rouleurs éternels de victimes,Dix nuits, sans regretter l'oeil niais des falots !Plus douce qu'aux enfants la chair des pommes sures,L'eau verte pénétra ma coque de sapinEt des taches de vins bleus et des vomissuresMe lava, dispersant gouvernail et grappin.Et dès lors, je me suis baigné dans le PoèmeDe la Mer, infusé d'astres, et lactescent,Dévorant les azurs verts ; où, flottaison blêmeEt ravie, un noyé pensif parfois descend ;Où, teignant tout à coup les bleuités, déliresEt rhythmes lents sous les rutilements du jour,Plus fortes que l'alcool, plus vastes que nos lyres,Fermentent les rousseurs amères de l'amour !Je sais les cieux crevant en éclairs, et les trombesEt les ressacs et les courants : je sais le soir,L'Aube exaltée ainsi qu'un peuple de colombes,Et j'ai vu quelquefois ce que l'homme a cru voir !J'ai vu le soleil bas, taché d'horreurs mystiques,Illuminant de longs figements violets,Pareils à des acteurs de drames très antiquesLes flots roulant au loin leurs frissons de volets !J'ai rêvé la nuit verte aux neiges éblouies,Baiser montant aux yeux des mers avec lenteurs,La circulation des sèves inouïes,Et l'éveil jaune et bleu des phosphores chanteurs !J'ai suivi, des mois pleins, pareille aux vacheriesHystériques, la houle à l'assaut des récifs,Sans songer que les pieds lumineux des MariesPussent forcer le mufle aux Océans poussifs !J'ai heurté, savez-vous, d'incroyables FloridesMêlant aux fleurs des yeux de panthères à peauxD'hommes ! Des arcs-en-ciel tendus comme des bridesSous l'horizon des mers, à de glauques troupeaux !J'ai vu fermenter les marais énormes, nassesOù pourrit dans les joncs tout un Léviathan !Des écroulements d'eaux au milieu des bonaces,Et les lointains vers les gouffres cataractant !Glaciers, soleils d'argent, flots nacreux, cieux de braises !Échouages hideux au fond des golfes brunsOù les serpents géants dévorés des punaisesChoient, des arbres tordus, avec de noirs parfums !J'aurais voulu montrer aux enfants ces doradesDu flot bleu, ces poissons d'or, ces poissons chantants.- Des écumes de fleurs ont bercé mes déradesEt d'ineffables vents m'ont ailé par instants.Parfois, martyr lassé des pôles et des zones,La mer dont le sanglot faisait mon roulis douxMontait vers moi ses fleurs d'ombre aux ventouses jaunesEt je restais, ainsi qu'une femme à genoux...Presque île, ballottant sur mes bords les querellesEt les fientes d'oiseaux clabaudeurs aux yeux blonds.Et je voguais, lorsqu'à travers mes liens frêlesDes noyés descendaient dormir, à reculons !Or moi, bateau perdu sous les cheveux des anses,Jeté par l'ouragan dans l'éther sans oiseau,Moi dont les Monitors et les voiliers des HansesN'auraient pas repêché la carcasse ivre d'eau ;Libre, fumant, monté de brumes violettes,Moi qui trouais le ciel rougeoyant comme un murQui porte, confiture exquise aux bons poètes,Des lichens de soleil et des morves d'azur ;Qui courais, taché de lunules électriques,Planche folle, escorté des hippocampes noirs,Quand les juillets faisaient crouler à coups de triquesLes cieux ultramarins aux ardents entonnoirs ;Moi qui tremblais, sentant geindre à cinquante lieuesLe rut des Béhémots et les Maelstroms épais,Fileur éternel des immobilités bleues,Je regrette l'Europe aux anciens parapets !J'ai vu des archipels sidéraux ! et des îlesDont les cieux délirants sont ouverts au vogueur :- Est-ce en ces nuits sans fonds que tu dors et t'exiles,Million d'oiseaux d'or, ô future Vigueur ?Mais, vrai, j'ai trop pleuré ! Les Aubes sont navrantes. Toute lune est atroce et tout soleil amer :L'âcre amour m'a gonflé de torpeurs enivrantes.Ô que ma quille éclate ! Ô que j'aille à la mer !Si je désire une eau d'Europe, c'est la flacheNoire et froide où vers le crépuscule embauméUn enfant accroupi plein de tristesse, lâcheUn bateau frêle comme un papillon de mai.Je ne puis plus, baigné de vos langueurs, ô lames,Enlever leur sillage aux porteurs de cotons,Ni traverser l'orgueil des drapeaux et des flammes,Ni nager sous les yeux horribles des pontons.

► Le bateau ivre
Comme je descendais des Fleuves impassibles,Je ne me sentis plus guidé par les haleurs :Des Peaux-Rouges criards les avaient pris pour cibles,Les ayant cloués nus aux poteaux de couleurs.
► Hypotyposes saturniennes, ex belmontet
Quel est donc ce mystère impénétrable et sombre ?
Pourquoi, sans projeter leur voile blanche, sombre
Tout jeune esquif royal gréé ?

Renversons la douleur de nos lacrymatoires. _
..........................................................
L'amour veut vivre aux dépens de sa soeur,
-
L'amitié vit aux dépens de son frère.
..........................................................
Le sceptre, qu'à peine on révère,
N'est que la croix d'un grand calvaire _
Sur le volcan des nations !
..........................................................
Oh ! I'honneur ruisselait sur ta mâle moustache.

Belmontet
archétype Parnassien.
► Le pauvre songe
Peut-être un Soir m`attend
Où je boirai tranquille
En quelque vieille Ville,
Et mourrai plus content:
Puisque je suis patient!

Si mon mal se résigna,
Si j`ai jamais quelque or,
Choisirai-je le Nord
Ou le Pays des Vignes?...
-Ah! Songer est indigne

Puisque c`est pure perte!
Et si je redeviens
Le voyageur ansíen,
Jamais l`auberge verte
Ne peut bien m`être ouverte.

► Une saison en enfer. Vierge folle, l'Époux infernal
"Il dit : "Je n'aime pas les femmes. L'amour est à réinventer, on le sait. Elles ne peuvent plus que vouloir une position assurée. La position gagnée, coeur et beauté sont mis de côté : il ne reste que froid dédain, l'aliment du mariage aujourd'hui. Ou bien je vois des femmes, avec les signes du bonheur, dont, moi, j'aurai pu faire de bonnes camarades dévorées tout d'abord par des brutes sensibles comme des bûchers... "

► Une saison en enfer. Faim
Je devins un opéra fabuleux : je vis que tous les êtres ont une fatalité de bonheur : l’action n’est pas la vie, mais une façon de gâcher quelque force, un énervement. La morale est la faiblesse de la cervelle.

Le Bonheur était ma fatalité, mon remords, mon ver : ma vie serait toujours trop immense pour être dévouée à la force et à la beauté.

Cela s’est passé. Je sais aujourd’hui saluer la beauté.

► Une saison en enfer. L’impossible
Pourtant, je no songeais guère au plaisir d’échapper aux souffrances modernes. Je n’avais pas en vue la sagesse bâtarde du Coran

► Une saison en enfer. Adieu
Oui l'heure nouvelle est au moins très-sévère.
Car je puis dire que la victoire m'est acquise: les grincements de dents, les sifflements de feu, les soupirs empestés se modèrent. Tous les souvenirs immondes s'effacent. Mes derniers regrets détalent, - des jalousies pour les mendiants, les brigands, les amis de la mort, les arriérés de toutes sortes. - Damnés, si je me vengeais !
Il faut être absolument moderne.
Point de cantiques : tenir le pas gagné. Dure nuit ! le sang séché fume sur ma face, et je n'ai rien derrière moi, que cet horrible arbrisseau !... Le combat spirituel est aussi brutal que la bataille d'hommes ; mais la vision de la justice est le plaisir de Dieu seul.
Cependant c'est la veille. Recevons tous les influx de vigueur et de tendresse réelle. Et à l'aurore, armés d'une ardente patience, nous entrerons aux splendides villes.
Que parlais-je de main amie! Un bel avantage, c'est que je puis rire des vieilles amours mensongères, et frapper de honte ces couples menteurs, - j'ai vu l'enfer des femmes là-bas ; - et il me sera loisible de posséder la vérité dans une âme et un corps.
► Illuminations. Conte
L’excès permet à chacun de trouver sa vérité intime. (no es frase del poema, es el análisis)

► Illuminations. Ville
Je suis un éphémère et point trop mécontent citoyen d'une métropole crue moderne parce que tout goût connu a été éludé dans les ameublements et l'extérieur des maisons aussi bien que dans le plan de la ville. Ici vous ne signaleriez les traces d'aucun monument de superstition. La morale et la langue sont réduites à leur plus simple expression, enfin ! Ces millions de gens qui n'ont pas besoin de se connaître amènent si pareillement l'éducation, le métier et la vieillesse, que ce cours de vie doit être plusieurs fois moins long que ce qu'une statistique folle trouve pour les peuples du continent. Aussi comme, de ma fenêtre, je vois des spectres nouveaux roulant à travers l'épaisse et éternelle fumée de charbon, - notre ombre des bois, notre nuit d'été ! - des Erinnyes nouvelles, devant mon cottage qui est ma patrie et tout mon cœur puisque tout ici ressemble à ceci, - la Mort sans pleurs, notre active fille et servante, et un Amour désespéré, et un joli Crime piaulant dans la boue de la rue.

Poesía Lírica - Hugo von Hofmannsthal

  • Tercetos - Sobre lo efímero
    Percibo aún su aliento sobre las mejillas:
    ¿cómo pueden estos días cercanos
    No ser ya, haberse ido para siempre, definitivamente?
    Se trata de algo que nadie acaba de entender,
    Y demasiado cruel para la queja:
    Que todo se desliza y fluye.
    Y que mi propio yo, sin ningún estorbo,
    Hacia mí se escapara de un niño pequeño
    Inquietantemente mudo y extraño, como un perro.
    Además: que yo existiera también hace cien años
    Y mis antepasados que están en sus sudarios
    Tan vinculados a mí como mi propio cabello.
    Tan uno conmigo son, como mi propio cabello
    ¡Las horas! En ellas contemplamos el azul celeste
    Del mar y comprendemos la muerte,
    Tan ligeras y solemnes y sin pavor alguno,
    Como muchachas de extrema palidez,
    Y de grandes ojos, siempre tiritando,
    Que, mudas, una noche fijan ante sí la mirada
    Y saben que en ese instante la vida de sus
    Miembros soñolientos fluye silenciosa
    En árbol y hierba y, débilmente sonriendo,
    Se avergüenzan
    Como una santa que vierte su sangre.
    Estamos hechos de la misma materia que los sueños,
    Y los sueños abren así los ojos
    Como los niños bajo los cerezos
    De entre cuyas copas el oro pálido del devenir
    De la luna llena se alza atravesando la amplia noche,
    …No de otro modo emergen nuestros sueños,
    Están ahí y viven como un niño que ríe,
    Y no son menos en su parábola
    Que la luna llena, al despuntar entre las copas.
    Lo más íntimo está abierto a su tejer;
    Como manos fantasmales en un espacio cerrado
    Están en nosotros, y siempre con vida.
    Y los tres son Uno: un hombre, un objeto, un sueño
  • Abuela y nieto
    “¡Lejos está tu pensamiento, sólo tu pie
    En mi puerta!”
    ¿Cómo lo sabes si apenas he saludado?
    “Hijo, porque lo siento.”
    ¿El qué? “Cómo Ella con dulce quietud
    Dulcemente a través tuyo asusta”.
    De forma extraña, como ella,
    Inclinaste la cabeza.
    “Antaño…” No: ¡Ahora en el instante!
    Me hace feliz la ilusión
    “Hijo ¿qué inspira tu palabra y tu mirada
    Ahora en mi interior?
    ¡Mi juventud llena de brillo
    Con furtivo aliento
    Me abre el alma!”
    Sí, también lo siento:
    ¡Y estoy a tu lado y es
    Como si estuviera en una extraña estrella:
    De ella y de ti, con despierto sentido,
    Oscilando cerca y lejos”
    “Cuando a tu abuelo
    Me entregué de por vida,
    No entré tan confusa
    Como en mi tumba ahora.”
    ¿Tumba? ¿De qué hablas?
    ¡Esto queda lejos de ti!
    Estás cómodamente sentada y hablas
    Con tu nieto, aquí,
    Tus ojos vivos y animados,
    Tus mejillas claras
  • Psique . Psyche, my soul (Edgar Poe)
    …Y Psique, mi alma, me miró
    Pálida y temblorosa por el llanto contenido,
    Y dijo suavemente: “Señor, deseo morir,
    Estoy terriblemente cansada y tengo frío”.
    O Psique, Psique, pequeña alma mía,
    Tranquilízate, te voy a preparar algo de beber
    Que haga fluir la cálida vida por tus miembros
    ….
    Entonces Psique, mi alma,
    Con mirada enfadada y boca severa habló:
    “por lo tanto, he de morir si nada sabes
    De todo cuanto la vida quiere.”
  • Donde yo me acerque…
    ¡Donde yo me acerque, donde amarre,
    Allí en la sombra, allá en la arena
    A mi lado se sentarán,
    Y les deleitaré,
    Les uniré a las sombras!
  • Tiempo interminable
    ¿Eres realmente tan débil como para no recordar
    Los tiempos de la dicha?
    Sobre el valle oscurecido se anunciaron las estrellas,
    Pero nosotros permanecimos en la sombra, temblando.
    El olmo gigantesco
    Se agitó como en sueños y dejó caer una cortina
    De ruidosas gotas sobre la hierba. ¡Ni una hora
    Había transcurrido
    Desde aquella lluvia! Y ello me pareció un tiempo
    Interminable.
    Pues a quien lo vive, se le dilata la vida: se abren silenciosos,
    Entre dos instantes, abismos de un sueño interminable:
    Como si hubiera aspirado en mí tus veinte años
    De existencia,
    Me pareció, mientras el árbol aún conservaba
    Sus gotas.
  • Conversación
    El más joven

    El más viejo
    Ahora, pienso, me ha sido dada una medida,
    Una medida invariable y segura,
    Que para siempre e infalible me elude
    Tomar una cosa vacía por llena,
    Despilfarrar en banalidades, otorgar
    A sentimientos extraños y al pensamiento aprendido
    Cualquier lugar en una de mis venas.
    Sólo la enfermedad, la desgracia o la muerte
    Pueden aún amenazarme, y apenas la mentira.
    Para ello mi nueva tarea está demasiado llena
    De sencilla nobleza. Y así medido,
    Se deshace la ficticia importancia en nada.
    De golpe se cerraron las últimas puertas
    A través de las cuales hubiera podido empezar
    Un mal camino. Nunca más volveré a estar
    Completamente aturdido,
    Manchado en lo más hondo y completamente
    Enloquecido de bondad.
    Puesto que un destello
    Del verdadero sentido de la vida me ha iluminado.
  • Palabras
    Algunas palabras hay que golpean como mazas. Pero
    Hay otras
    Que te tragas cual anzuelo y sigues nadando sin saberlo.
  • ¿Qué es el mundo?
    ¿qué es el mundo? Un eterno poema,
    Desde el que resplandece y brilla el espíritu de la divinidad,
    Desde el que espumea y centellea el vino de la sabiduría,
    Desde el que nos habla la voz del amor.
    Y el ánimo cambiante de cada hombre
    Es un rayo que emerge de ese sol,
    Un verso con otros miles se entrelaza,
    Que inadvertido se extingue, se apaga, se marchita.
    Pero también un mundo para sí mismo
    Lleno de dulces y secretas voces jamás percibidas,
    Dotado de propia e inmaculada belleza,
    Eco y reflejo de ningún otro.
    Y por mucho que en él supieras leer,
    Un libro que en la vida nunca ahondarás.

    Was ist die Welt? Ein ewiges Gedicht,Daraus der Geist der Gottheit strahlt und glüht,Daraus der Wein der Weisheit schäumt und sprüht,Daraus der Laut der Liebe zu uns sprichtUnd jedes Menschen wechselndes Gemüt,Ein Strahl ists, der aus dieser Sonne bricht,Ein Vers, der sich an tausend andre flicht,Der unbemerkt verhallt, verlischt, verblüht.Und doch auch eine Welt für sich allein,Voll süß-geheimer, nievernommner Töne,Begabt mit eigner, unentweihter Schöne,Und keines andern Nachhall, Widerschein.Und wenn du gar zu lesen drin verstündest,Ein Buch, das du im Leben nicht ergründest.
  • A los pesimistas. Gazal
    Mientras el amor nos atraiga con placeres y tormentos,
    Mientras oscilen entusiasmo y desaliento,
    No llegará, en la tierra, la hora
    La horrible hora sin poesías:
    Mientras la belleza bajo mil formas florezca,
    Lata también un corazón, para cantar y para decir,
    Mientras el dolor, eterno, nos entrelace,
    Nos quejaremos con música,
    ¡Y sólo se apagará el último sueño
    Cuando haya llevado ante Dios al último corazón!

    Solang uns Liebe lockt mit Lust und Plagen,
    Solang Begeistrung wechselt und Verzagen,
    Solange wird auf Erden nicht die Zeit,
    Die schreckliche, die dichterlose tagen:
    Solang in tausend Formen Schönheit blüht,
    Schlägt auch ein Herz, zu singen und zu sagen,
    Solang das Leid, das ewge, uns umflicht,
    Solange werden wirs in Tönen klagen,
    Und es erlischt erst dann der letzte Traum,
    Wenn er das letzte Herz zu Gott getragen!
  • Pregunta
    ¿Acaso no percibes el temblor de mis labios?
    ¿Acaso no sabes leer esos pálidos rasgos,
    Ni sentir que mi sonrisa es congoja y mentira
    Cuando mis miradas, inquisidoras, se ciernen sobre ti?
    ¿No ansías un hálito de vida,
    Un brazo cálido que te lleve lejos
    De ese pantano de días yermos, vacíos,
    Sobre el que se tejen las pálidas luces, extraviadas?
    ¿Tan mal leí en tus ojos profundos?
    ¿No vi brillar cálida, ahí, ninguna ansia secreta?
    ¿No oculta tu húmeda mirada
    Alguna oculta puerta de tu alma? Los deseos que ahí
    Dormían,
    Como silenciosas rosas en el oleaje, oscuro,
    Son como tu palabrería: carentes de alma… ¿Palabras,
    Palabras?
    Merkst du denn nicht, wie meine Lippen beben?Kannst du nicht lesen diese bleichen Züge,Nicht fühlen, dass mein Lächeln Qual und Lüge,Wenn meine Blicke forschend dich umschweben?
    Sehnst du dich nicht nach einem Hauch von Leben,Nach einem heißen Arm, dich fortzutragenAus diesem Sumpf von öden, leeren Tagen,Um den die bleichen, irren Lichter weben?
    So las ich falsch in deinem Aug', dem tiefen?Kein heimlich Sehnen sah ich heiß dort funkeln?Es birgt zu deiner Seele keine Pforte
    Dein feuchter Blick? Die Wünsche, die dort schliefen,Wie stille Rosen in der Flut, der dunkeln,Sind, wie dein Plaudern: seellos ... Worte, Worte?
  • El cuerpo del señor
    Envueltas las calles en el repique de campanas, en el
    Olor a incienso,
    Palpita en ellas una suntuosa festividad
    Y atrae por doquier un feliz gentío
    Hacia todas las ventanas pero la tuya sigue cerrada.
    Así he vertido también yo ante ti
    Una variada multitud de sueños,
    Contenido del alma:
    Apenas lo percibiste, y entonces callé, contrariado
    Y esquivo,
    Mientras suave dispersa el viento los suaves tonos.
    Presta atención: un día se desvanece rápido,
    Y vacía y desértica vuelve a estar la calle;
    Presta atención: presiento que llegan tiempos
    En los que suspirarás por las canciones rechazadas:
    Hoy suena para ti, sin pedirlo, un coro de voces,
    Cuando un día lo pidas, guardará silencio.
  • Noche de tormenta
    La noche de tormenta nos ha esposado
    Bajo el estrépito, la furia y el miedo:
    Lo que nuestras almas tanto tiempo se ocultaron,
    Allí nos fue revelado.
    Tan profundamente leí en tu mirada
    Bajo el resplandor de los relámpagos:
    Leí en ella mi ardorosa suerte,
    En su brillo húmedo.
    El viento me arrojaba tu aromático cabello,
    Que jugaba en mi frente y mejillas,
    Susurraba tentadora la multitud de ondas,
    Por un deseo cálido y profundo.
    Tan próximos estaban los labios,
    Te tuve tan fuertemente abrazada;
    A mi súplica y a tu balbuciente sí
    Se los tragó el viento…
  • La sombra de un muerto
    La sombra de un muerto cayó sobre nosotros
    Y la última lucha de un alma de artista,
    Del alma que se veía morir
    Y que aún quería pintar su convulsión.
    Y nos hizo temblar la perniciosa ansia
    De hacernos sentir ese horror de muerte,
    Como si, a través de su mirada rota, pudiéramos
    Ver las profundas y secretas razones de la vida.

    Esto es tal vez lo último que nos queda,
    Cuando el pensamiento inconcebido miente ya:
    Que a un corazón tembloroso otro lo escucha
    Y la mano se pliega a la suave presión sobre la mano…
  • Consagración del artista
    Caminamos silenciosos, intimidados, encorvados de miedo,
    Y temerosos, ocultamos lo que protegemos en nuestro corazón,
    Y decimos palabras que no nos conmueven,
    Y, encantados, alabamos cosas muertas.
    El alma yace enterrada y ahogada…
    Lo descompuesto alumbra pálido por nocturnos caminos…
    Y si nos cansamos, que el arte nos enardezca
    Hasta que, en el delirio, nos alejemos del vacío suplicio.
    Hace poco, mi ojo reparó en el libro del maestro Wolfram
    Sobre Parsifal, y ante mí se alzó la maldición
    Que del perdido Grial cayó:
    “¿¡Desgraciado, qué no preguntaste!?”
    Presintiendo con compasión, libera el silencioso suplicio:
    Esto es único ¡una consagración de artista!
  • Fuente de vida
    Las corrientes de primavera cruzan mi espíritu:
    Siento que un fermento familiar se derrama
    Por miles de brotes que hoy se abren,
    Y emana vida nueva y brota y circula.
    Es el fluir de la eterna fuente de la juventud,
    Que cada día la misma plenitud presenta:
    En nueva belleza de humedad transfiguraba brilla
    Lo que ella humedece y llama al disfrute:
    Pensamientos, venid y bebed de la nueva vida:
    Tú, tímida esperanza, sentir casi extinguido,
    Tú, esfuerzo debilitado de andar cansino,
    Dejad que el luminoso raudal de vida os impregne,
    Vosotros, sueños, imágenes que veo cada día,
    Que ese brillo os rocíe para siempre.
  • Soneto del mundo
    La madre naturaleza refleja
    Nuestras penas y alegrías,
    Siempre estará en nuestra huella,
    Y todo se vuelve fuente de metáforas:
    Verdor primero de la fresca campiña,
    Adviertes la inclinación, suavemente iniciada,
    Tórrido quemar de soles maduros,
    ¡eres del amor sólo destello!
    Crece en torno al árbol la enredadera,
    Pensamos de nuevo en nosotros,
    Suspiramos por algo que fiel
    Os ate decidida y tiernamente…
    Y nos sentimos unidos tan pronto
    Como reconocemos nuestra imagen.
  • Si separáis la forma del contenido…
    Si separáis la forma del contenido, no sois artistas que crean.
    La forma es el sentido del contenido, el contenido la esencia de la forma.
  • Apago la luz
    Apago la luz
    Con mano púrpura,
    Me quito el mundo
    Como si fuera un traje de colores
    Y me sumerjo en lo oscuro
    Desnudo y solo,
    El reino profundo
    Será mío y yo suyo.
    Grandes milagros corren lieros
    A través de la espesura,
    Venas de agua saltan
    En el sentido más profundo,
    Oh, que sigan saltando,
    Yo llegaría al centro
    Al corazón de la tierra
    Cerca de todo, lejos de todo.
    Ich lösch das LichtMit purpurner Hand,Streif ab die WeltWie ein buntes Gewand Und tauch ins DunkelNackt und allein,Das tiefe ReichWird mein, ich sein. Groß' Wunder huschenDurch Dickicht hin,Quelladern springenIm tiefsten Sinn, O spräng noch manche,Ich käm in' Kern,Ins Herz der Welt
    Allem nah, allem fern.
  • Posesión
    El gran jardín está abierto,
    Amplias terrazas silenciosas:
    ¡Si me dejara conocer todos sus rincones,
    Disfrutar de cada recodo!
    Alzar la vista desde el suelo de flores,
    Hasta el cielo entre las ramas,
    A lo largo del arroyo caminar en lo desconocido,
    Dejarme llevar por la suave pendiente:
    Entonces, sólo entonces llegaré al estanque,
    Que en el centro reflejará,
    Ante mí, la dicha entera del jardín,
    De ensueño unidad, liberada.
    ¡Mas las miradas profundas sobre
    Semejante, plena posesión son escasas!
    Entre el encontrar y el perder
    Han de ser consideradas divinas.
    Todo en uno, piel y centro,
    Esa suerte pertenece al sueño…
    ¡Hondamente aprehendido y poseído!
    ¿Tendrá esto lugar en la vida?...
    Großer Garten liegt erschlossen,Weite schweigende Terrassen.Müßt mich alle Teile kennen,Jeden Teil genießen lassen! Schauen auf vom Blumenboden,Auf zum Himmel durch Gezweige,Längs dem Bach ins Fremde schreiten!Niederwandeln sanfte Neige: Dann, erst dann komm ich zum Weiher,Der in stiller Mitte spiegelt,Mir des Gartens ganze FreudeTräumerisch vereint entriegelt. Aber solchen VollbesitzesTiefe Blicke sind so selten!Zwischen Finden und VerlierenMüssen sie als göttlich gelten. All in einem, Kern und Schale,Dieses Glück gehört dem Traum ...Tief begreifen und besitzen!
    Hat dies wo im Leben Raum? ...
  • Carta de lord Changos (wikipedia)
    A menudo, se dice que su Carta de lord Chandos, expresa una crisis en su juventud lírica y un cambio de rumbo literario a sus veintisiete años. Sin ser del todo cierto, Hofmannsthal diría más tarde que su famosa Carta revelaba que también a él le torturó percibir cómo un individuo solitario se siente atado a la sociedad por medio del lenguaje. En esas páginas implacables de 1902, un barroco Chandos confesaba al filósofo Francis Bacon: «Mi caso es, en dos palabras, el siguiente: he perdido completamente la facultad de pensar o hablar con coherencia sobre cualquier cosa. Al principio, se me fue volviendo imposible discutir sobre un tema elevado o general y pronunciar aquellas palabras tan fáciles de usar que cualquier hombre puede servirse de ellas sin esfuerzo. Sentía un malestar inexplicable sólo con pronunciar 'espíritu', 'alma' o 'cuerpo'. Encontraba imposible dar un juicio en mi interior acerca de los asuntos de la corte, los sucesos del parlamento o lo que queráis, porque las palabras abstractas que usa la lengua de modo natural para sacar a la luz cualquier tipo de juicio se me deshacían en la boca como hongos podridos». Y «esta infección se fue expandiendo paso a paso como una herrumbre que devora todo lo que queda a su alcance. Todo se fraccionaba, y cada parte se dividía a su vez en más partes, y nada se dejaba sujetar ya por un concepto». Por el contrario «cualquier criatura, un perro, una rata, un escarabajo, un manzano atrofiado, unas roderas serpenteando sobre la colina, una piedra cubierta de musgo», se le presentaban con mayor fuerza; esto es, cosas y animales cobraban la mayor presencia.