miércoles, 17 de septiembre de 2014

La utilidad de lo inútil. Manifiesto - Nuccio Ordine

Existen saberes que son fines por sí mismos y que-precisamente por su naturaleza gratuita y desinteresada, alejada de todo vínculo práctico y comercial-pueden ejercer un papel fundamental en el cultivo del espíritu y en el desarrollo civil y cultural de la humanidad. En este contexto, considero útil todo aquello que nos ayuda a hacernos mejores.
El saber constituye por sí mismo un obstáculo contra el delirio de la omnipotencia del dinero y del utilitarismo. Todo puede comprarse, es cierto. (…) Pero no el conocimiento: el precio que debe pagarse por conocer es de una naturaleza muy distinta.
“Si no se comprende la utilidad de lo inútil, la inutilidad de lo útil, no se comprende el arte” Eugène Ionesco
“El infierno de los vivos no es algo que será; hay uno, es aquél que existe  ya aquí, el infierno que habitamos todos los días, que formamos estando juntos. Dos maneras hay de no sufrirlo. La primera es fácil para muchos: aceptar el infierno y volverse parte de él hasta el punto de no verlo más. La segunda es peligrosa y exige atención y aprendizaje continuos: buscar y saber reconocer quién y qué, en medio del infierno, no es infierno, y hacerlo durar, y darle espacio.” Las ciudades invisibles, de Italo Calvino. Diálogo entre Marco Polo y Kublai Kan.
“La cul­tura, como el amor, no posee la capa­ci­dad de exi­gir. No ofrece garan­tías. Y, sin embargo, la única opor­tu­ni­dad para con­quis­tar y pro­te­ger nues­tra dig­ni­dad humana nos la ofrece la cul­tura, la edu­ca­ción libe­ral” Italo Calvino
“Había tenido que promover treinta y dos guerras, y había tenido que violar todos sus pactos con la muerte y revolcarse como un cerdo en el muladar de la gloria, para descubrir con casi cuarenta años de retraso los privilegios de la simplicidad” Gabriel García Márquez
Siete veces el fuego me ha probado:
siete veces probada es la razón
que nunca se equivoca en su elección:
hay quien tan sólo sombras ha besado,
quien es feliz con sólo sombra al lado:
y hay tontos de preciosa tontería
plateada, y así pasa con este.
Da igual qué esposa contigo se acueste:
tu cabeza será siempre la mía:
así que vete: cesa en tu porfía
(II. 9, 63-72). Shakespeare

“¿Para qué sirve esto? Sirve para ser bello. ¿No es suficiente?: como las flores, como los perfumes, como los pájaros, como todo aquello que el hombre no ha podido desviar y depravar a su servicio. En general, tan pronto como una cosa se vuelve útil deja de ser bella.”  «El arte es lo que mejor consuela de vivir» Albertus. Gautier
“Yo os aconsejo oír con atención a este gran poeta y tratar de conmoveros con él cada uno a su manera. La poesía requiere una larga iniciación como cualquier deporte, pero hay en la verdadera poesía, un perfume, un acento, un rasgo luminoso que todas las criaturas pueden percibir. Y ojalá os sirva para nutrir ese grano de locura que todos llevamos dentro, que muchos matan para colocarse el odioso monóculo de la pedantería libresca y sin el cual es imprudente vivir.” García Lorca sobre Pablo Neruda
Cervantes, en definitiva, hace de la contradicción uno de los grandes temas de su novela: si la invectiva contra los libros de caballerías suena como una incitación al desengaño, en el Quijote encontramos también la exaltación de la ilusión que, a través de la pasión por los ideales, alcanza a dar sentido a la vida. (…). Lo inútil y gratuito de las aventuras del Caballero de la Triste Figura puede en todo caso dejar una impronta: revela la necesidad de afrontar con valentía también las empresas destinadas al fracaso. Existen derrotas gloriosas de las que, con el tiempo, pueden surgir grandes cosas («La verdad adelgaza y no quiebra, y siempre anda sobre la mentira, como el aceite sobre el agua»)
“El hombre moderno, universal, es el hombre apurado, no tiene tiempo, es prisionero de la necesidad, no comprende que algo pueda no ser útil; no comprende tampoco que, en el fondo, lo útil puede ser un peso inútil, agobiante. Si no se comprende la utilidad de lo inútil, la inutilidad de lo útil, no se comprende el arte. Y un país en donde no se comprende el arte es un país de esclavos o de robots, un país de gente desdichada, de gente que no ríe ni sonríe, un país sin espíritu; donde no hay humorismo, donde no hay risa, hay cólera y odio.”  Eugène Ionesco
En una sociedad utilitarista, los hombres acaban amando las «bellezas fáciles» («beautés fáciles») que no requieren esfuerzos, ni excesivas pérdidas de tiempo («Les gustan los libros que se consiguen con facilidad, que se leen deprisa, que no exigen un detenido estudio para ser comprendidos» Tocqueville
Pensemos, por ejemplo, en lo que Estobeo nos cuenta sobre Euclides: para responder al interrogante de un alumno suyo —que, apenas hubo aprendido un primer teorema, le preguntó: «Pero ¿qué ganancia obtendré con esto?»— el famoso matemático hizo venir a un esclavo y le ordenó dar una moneda al estudiante «ya que [este] necesita sacar algún beneficio de lo que aprende».
Hace algún tiempo tuve ocasión de leer una frase simple, pero muy significativa, inscrita en el tablón de anuncios de una biblioteca de manuscritos en un perdido oasis del Sahara: «El conocimiento es una riqueza que se puede transmitir sin empobrecerse».
Es el gozar, no el poseer,
lo que nos hace felices.
MONTAIGNE,

“Pero yo sólo me río del hombre, lleno de estupidez, desprovisto de acciones rectas, […] que con ansias desmesuradas recorre la tierra hasta sus confines y penetra en sus inmensas cavidades, funde el oro y la plata, los acumula sin descanso y se esfuerza por poseer cada vez más para ser cada vez menos”. Colección de cartas atribuida a Hipócrates
“Pues bien, cuando quieras calcular el auténtico valor de un hombre y conocer sus cualidades, examínalo desnudo: que se despoje de su patrimonio, que se despoje de sus cargos y demás dones engañosos de la fortuna, que desnude su propio cuerpo. Contempla su alma, la calidad y nobleza de ésta, si es ella grande por lo ajeno, o por lo suyo propio”. Séneca
Porque el amor implica despojarse de toda pretensión de poseer certezas. Sólo el creer ayuda a vivir una relación fundada en el respeto y la tolerancia
El dogmatismo produce intolerancia en cualquier campo del saber: en el dominio de la ética, de la religión, de la política, de la filosofía y de la ciencia, considerar la propia verdad como la única posible significa negar toda búsqueda de la verdad. En efecto, quien está seguro de poseer la verdad no necesita ya buscarla, no siente ya la necesidad de dialogar, de escuchar al otro, de confrontarse de manera auténtica con la variedad de lo múltiple. Sólo quien ama la verdad puede buscarla de continuo. Esta es la razón por la cual la duda no es enemiga de la verdad, sino un estímulo constante para buscarla. Sólo cuando se cree verdaderamente en la verdad, se sabe que el único modo de mantenerla siempre viva es ponerla continuamente en duda. Y sin la negación de la verdad absoluta no puede haber espacio para la tolerancia.

“He hablado de ciencia experimental; he hablado de matemáticas; pero lo que afirmo es igualmente cierto con respecto a la música, el arte y cualquier otra expresión del ilimitado espíritu humano. Ninguna de estas actividades necesita otra justificación que el simple hecho de que sean satisfactorias para el alma individual que persigue una vida más pura y elevada. Y al justificarlas sin referencia alguna, implícita o explícita, a la utilidad justificamos las escuelas, las universidades y los institutos de investigación.” ABRAHAM FLEXNER

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