lunes, 10 de enero de 2011

Amigo invisible...

La Mesa Moderna - El Doctor Thebussem

- Por algo advirtió Don Quijote que el comenzar las cosas es tenerlas medio acabadas

- humilde personalidad que, en sus cortos alcanzas, cree menos peligrosa la prosecución tranquila de un mal establecido, que la introducción impremeditada de un bien poco estudiado

- Vestir bien no es presentarse bien vestido en un baile, sino ir bien vestido todos los días; comer bien no es dar banquetes en Pascua o Carnaval, sino tener una mesa decente en los días pares y nones del año

- Es peligroso enumerar sólo los triunfos cuando alguien puede tener interés en referir las derrotas


Historia del Zapatero Bandarra Insigne Cazador de Brujas - Dr Refilando. Pufff


Secretos para Agradar - Baronesa Staffe

Siendo la costumbre una segunda naturaleza, es fácil desterrar las malas acudiendo a tiempo.

jueves, 6 de enero de 2011

Conversación en La Catedral - Vargas Llosa

¿En qué momento se había jodido el Perú?

Yo haría cualquier cosa por saber en qué momento me jodí (Santiago, Zavalita)

A veces se zambullían en un cine, a veces recorrían librerías, a veces emprendían como una aventura largas caminatas por la ciudad. Asexuada, fraternal, la amistad parecía también eterna.

¿Había sido ese segundo año, Zavalita, al ver que no bastaba aprender marxismo, que también hacía falta creer? A lo mejor te había jodido la falta de fe, Zavalita. ¿Falta de fe para creer en Dios, niño? Para creer en cualquier cosa, Ambrosio. (...) Lo peor era tener dudas Ambrosio, y lo maravilloso poder cerrar los ojos y decir Dios existe, o Dios no existe, y creerlo. (...) Lo que le angustiaba era tener dudas, Aída, no poder estar seguro Jacobo. Agnosticismo pequeño burgués, Zavalita, idealismo disimulado, Zavalita. ¿Aída no tenía ninguna duda, Jacobo creía con puntos y comas lo que decía Politzer? Las dudas eran fatales, decía Aída, te paralizan y no puedes hacer nada, y Jacobo ¿pasarse la vida escarbando ¿será cierto?, torturándose ¿será mentira? en vez de actuar? El mundo no cambiaría nunca, Zavalita. Para actuar había que creer en algo, decía Aída, y creer en Dios no había ayudado a cambiar nada, y Jacobo: preferible creer en el marxismo que podía cambiar las cosas, Zavalita. (...) Y toda la vida queriendo creer en algo -dice Santiago-. Y toda la vida mentira, no creo. ¿Había sido la falta de fe, Zavalita, no habría sido la timidez? (...) -Porque soy como esos animalitos que ante el peligro se encogen y quedan quietos esperando que los pisen o les corten la cabeza -dice Santiago-. Sin fe y además tímido es como sifilítico y leproso a la vez.

lunes, 3 de enero de 2011

Poésies - Stéphane Mallarmé

RENOUVEAU

Le printemps maladif a chassé tristement
L'hiver, saison de l'art serein, l'hiver lucide,
Et dans mon être à qui le sang morne préside
L'impuissance s'étire en un long bâillement.

Des crépuscules blancs tiédissent sous le crâne
Qu'un cercle de fer serre ainsi qu'un vieux tombeau,
Et, triste, j'erre après un rêve vague et beau,
Par les champs où la sève immense se pavane

Puis je tombe énervé de parfums d'arbres, las,
Et creusant de ma face une fosse à ce rêve,
Mordant la terre chaude où poussent les lilas,

J'attends, en m'abîmant que mon ennui s'élève...
Cependant l'azur rit sur la haie et l'éveil
De tant d'oiseaux en fleur gazouillant au soleil.

ANGOISSE

Je ne viens pas ce soir vaincre ton corps, ô bête
En qui vont les péchés d'un peuple, ni creuser
Dans tes cheveux impurs une triste tempête
Sous l'incurable ennui que verse mon baiser :

Je demande à ton lit le lourd sommeil sans songes
Planant sous les rideaux inconnus du remords,
Et que tu peux goûter après tes noirs mensonges,
Toi qui sur le néant en sais plus que les morts.

Car le Vice, rongeant ma native noblesse
M'a comme toi marqué de sa stérilité,
Mais tandis que ton sein de pierre est habité

Par un coeur que la dent d'aucun crime ne blesse,
Je fuis, pâle, défait, hanté par mon linceul,
Ayant peur de mourir lorsque je couche seul.

BRISE MARINE

La chair est triste, hélas ! et j'ai lu tous les livres.

HÉRODIADE

Triste fleur qui croît seule et n'as pas d'autre émoi
Que son ombre dans l'eau vue avec atonie.

SES PURS ONGLES TRÈS-HAUT...

Ses purs ongles très-haut dédiant leur onyx,
L'Angoisse, ce minuit, soutient, lampadophore,
Maint rêve vespéral brûlé par le Phénix
Que ne recueille pas de cinéraire amphore

Sur les crédences, au salon vide : nul ptyx,
Aboli bibelot d'inanité sonore,
(Car le Maître est allé puiser des pleurs au Styx
Avec ce seul objet dont le Néant s'honore.)

Mais proche la croisée au nord vacante, un or
Agonise selon peut-être le décor
Des licornes ruant du feu contre une nixe,

Elle, défunte nue en le miroir, encor
Que, dans l'oubli fermé par le cadre, se fixe
De scintillations sitôt le septuor.

SI TU VEUX NOUS NOUS AIMERONS

Si tu veux nous nous aimerons
Avec tes lèvres sans le dire
Cette rose ne l'interromps
Qu'à verser un silence pire
Jamais de chants ne lancent prompts
Le scintillement du sourire
Si tu veux nous nous aimerons
Avec tes lèvres sans le dire
Muet muet entre les ronds
Sylphe dans la pourpre d'empire
Un baiser flambant se déchire
Jusqu'aux pointes des ailerons
Si tu veux nous nous aimerons.

sábado, 18 de diciembre de 2010

Igitur. Divagations. Un coup de dés - Stéphane Mallarmé

Un coup de Dés jamais n'abolira le Hasard

martes, 7 de diciembre de 2010

Correr tras el propio sombrero (y otros ensayos) - G.K. Chesterton

  • El hombre es una criatura muy cómica, y la mayor parte de las cosas que hace son cómicas, como comer, por ejemplo. Y las cosas más cómicas son precisamente las que más vale la pena hacer, como hacer el amor. Un hombre que corre tras su sombrero no es ni la mitad de ridículo que uno que corre tras su mujer.
  • Una aventura no es más que un inconveniente convenientemente considerado. Un inconveniente es sólo una aventura considerada equivocadamente.
  • "Se sobrellevan mejor las grandes penas. Lo más agotador son las pequeñas preocupaciones." La frase, aunque tenga algo de verdad, contiene también muchas posibilidades de autoengaño y error.
  • Si quiere usted percibir una felicidad ilimitada, póngase límites aunque sólo sea por un momento. Si quiere darse cuenta del modo temible y maravilloso en que está hecha la imagen de Dios, apóyese en una pierna. Si quiere reparar en la magnífica visión de todas las cosas visibles, guiñe un ojo.
  • Si hay algo peor que el debilitamiento moderno de los grandes principios morales es el reforzamiento de los pequeños principios morales. Así se considera más irrespetuoso acusar a un hombre de tener mal gusto que acusarlo de tener malos principios éticos.
  • Es un pecado imperdonable aburrirse. Es el pecado por el cual el universo entero tiende a ser infravalorado continuado y a desvanecerse de la imaginación.
  • El plomo reúne dos elementos antagónicos e indispensables en una sustancia fascinante: es al mismo tiempo robusto y maleable, se dobla y resiste; ante una gruesa capa de plomo tenemos la misma sensación que ante el destino. Es rígido, pero cede lo suficiente para hacernos creer que acabará por ceder del todo.
  • La poesía es cordura porque flota fácilmente en un mar infinito; la razón trata de cruzar el mar infinito y convertirlo así en finito. El resultado es el agotamiento mental. Aceptarlo todo es un ejercicio, comprenderlo todo es agotador. El poeta tan sólo aspira a la exaltación y la expansión, quiere un mundo en el que desperezarse. El poeta pide meter la cabeza en el cielo. Es el lógico quien trata de meterse el cielo en la cabeza. Y es su cabeza la que se parte en dos.
  • En el Edén había un máximo de libertad y un mínimo de prohibiciones; pero alguna clase de prohibición resulta esencial incluso para el disfrute de la libertad. Lo mejor de un prado verde es el seto que lo rodea.
  • Cada vez que alguien le dice al otro: "Dinos sencillamente lo que piensas", está dando por sentada la infalibilidad del lenguaje; es decir está dando por sentado que hay un esquema perfecto de expresión verbal para todos los estados de ánimo e intenciones de las personas.
  • El hombre no puede dividirse en dos (mal y bien). El mal, al contrario del bien, tiene un poder de aislamiento, de endurecimiento frente al exterior, que hace que el hombre se vuelva ciego a las bellezas morales o sordo a los más patéticos llamamientos. Quien persigue alguna obsesión inmoral alcanza sin duda una abominable simplicidad del alma y actúa en función de un único motivo. Ese contraste entre la ciega ligereza del mal y la casi perpleja omnisciencia del bien es un problema permanente. Si me emborracho perderé la dignidad, pero si me mantengo sobre puede que siga deseando beber. La virtud tiene la pesada carga del conocimiento; el pecado a menudo tiene algo de la levedad de la inocencia.
  • El libro de Job plantea verdaderamente la pregunta de si Dios castiga invariablemente el vicio con un castigo terrenal y recompensa la virtud con la prosperidad terrenal. En cuanto la gente comienza a creer que la prosperidad es una recompensa a la virtud, es evidente que la calamidad está próxima. Si la prosperidad se considera la recompensa de la virtud, se la considerará un síntoma de la virtud. Los hombres abandonarán la pesada tarea de hacer triunfar a los buenos y se dedicarán a la labor más sencilla de hacer buenos a los triunfadores.. Eso, que ha ocurrido a causa del comercio moderno y del periodismo, es la Némesis definitiva del perverso optimismo de los que consolaban a Job. A Job no se le dice que sus desgracias se debieran a sus pecados o a parte de un plan para mejorarlo. Pero en el prólogo vemos a Job atormentado no porque fuera el peor de los hombres, sino porque era el mejor. La lección de toda la obra es que las paradojas consuelan al hombre; y de acuerdo con todos los testimonios resulta de lo más tranquilizadora.
  • Tener algo que decir, una opinión decidida sobre las cosas, eso significa siempre que uno carece de temor y se enfrenta a todo. Pues desde el momento en que tenemos opinión sobre el universo, lo poseemos.
  • Para admirar algo hacen falta razones, para amarlo no.
  • El trotamundos vive en un mundo más pequeño que el campesino. Siempre respira un aire localista. Londres es un lugar comparable con Chicago; Chicago un lugar comparable con Tombuctú. Pero Tombuctú no es un lugar, puesto que allí al menos, vive gente que la considera el universo y respira, no un aire localista, sino los vientos del mundo.
  • Citas de Oscar Wilde: "La vida es demasiado importante para tomársela en serio" "Uno puede creer lo imposible pero nunca lo improbable" "Nada es tan fatídico para la personalidad como mantener las promesas, salvo tal vez decir la verdad" "Un hombre puede ser feliz con cualquier mujer siempre que no la ame" "Las buenas intenciones son siempre agramaticales"
  • Hay dos maneras eternas e idénticas de contemplar este crepuscular mundo nuestro: podemos verlo como un ocaso o como un amanecer. (...) Hay ocasiones en las que nos abruma, no tanto el peso de la maldad como el peso de la bondad de la humanidad, y en las que sentimos que no somos más que los herederos de un humillante esplendor. Casi todos admiten que es bueno darse cuenta de que uno es el "heredero de todas las épocas"; mucho menos popular, pero igual de importante, es saber que a veces también es bueno reparar en que uno no es sólo un ancestro, sino un ancestro de antigüedad primordial; es bueno que se pregunte si no será un héroe y que albergue ennoblecedoras dudas sobre si no será un mito solar.
  • En el libro de Job, el argumento que convence al infiel no es una imagen de la ordenada beneficencia de la creación; sino por el contrario, una imagen de su inmensa e indescifrable sinrazón. Este sencillo sentido de la maravilla ante las formas de las cosas y su exuberante independencia de nuestros criterios intelectuales y nuestras triviales definiciones es tanto la base de la espiritualidad como del absurdo. El absurdo y la fe son las dos afirmaciones simbólicas supremas del hecho de que extraer el alma de las cosas con un silogismo es imposible.
  • Es más fácil comprender el cosmos que comprender el ego; es incluso más fácil saber dónde se está que quién se es. Hemos olvidado nuestro propio significado y todos vagamos por las calles sin que nadie nos cuide. Todo eso que llamamos sentido común, sentido práctico y sabiduría mundana significa tan sólo que por un irreflexivo momento recordamos que olvidamos. (...) El súbito sentido de una ignorancia sagrada y espléndida que se había abatido sobre mi alma: el enigma de estar vivo. Los santos no han descubierto la respuesta. Los filósofos ni siquiera han sabido plantear la pregunta. Pero en ese momento al menos recordé que no podía recordar.
  • La principal característica de la moralidad esencial del país de las hadas es que la felicidad, allí igual que en cualquier otra parte, requiere de un objetivo e incluso de un reto: sólo podemos admirar un paisaje si estamos dispuestos a recorrerlo.
  • Todos respetamos calurosamente la humildad..., de los demás. (...) Si la humildad se ha desprestigiado como virtud en nuestros días, no es del todo irrelevante señalar que dicho desprestigio ha surgido al mismo tiempo que se producía el enorme colapso de la alegría en la literatura y la filosofía contemporáneas. La gente ha resucitado el esplendor de la autoafirmación griega a la vez que resucitaba la amargura del pesimismo griego.
  • El más brillante exponente de la escuela egoísta, Nietzsche, admitió, con una lógica mortífera y honorable, que la filosofía de la autosatisfacción conduce a mirar con desprecio a los débiles, a los cobardes y los ignorantes. El filósofo del ego lo ve todo, de eso no hay duda, desde un cielo elevado y rarificado; pero todo lo ve acortado o deformado.
  • Suele definirse al pesimista como un hombre en rebeldía. No lo es. En primer lugar, porque para estar en rebeldía es necesaria cierta alegría, y en segundo lugar porque el pesimismo apela al lado más débil de la gente, y el pesimista por tanto, tiene una ocupación tan ruidosa como un tabernero. El que verdaderamente está en rebeldía es el optimista, quien en general vive y muere en un intento desesperado y suicida por persuadir a lo demás de lo buenos que son. Todos los grandes revolucionarios desde Isaías a Shelley han sido optimistas. Se indignaban no por la maldad de la existencia, sino por la lentitud de los hombres en apreciar su bondad.
  • Todos los hombres desean creer y a menudo son tan débiles como para creer: que ellos constituyen la medida suprema de las cosas. Orgullo no es pretender hacer el bien, es pensar que algo está mal porque no parece característicamente nuestro.

lunes, 13 de septiembre de 2010

La lucha contra el demonio – Stefan Zweig

Demonio, demoníaco. Estas palabras han sufrido ya tantas interpretaciones desde su primitivo sentido misticorreligioso en la antigüedad, que se hace necesario revestirlas de una interpretación personal. Llamaré demoníaca a esa inquietud innata, y esencial a todo hombre, que lo separa de sí mismo y lo arrastra hacia lo infinito, hacía lo elemental. Es como sí la Naturaleza hubiese dejado una pequeña porción de aquel caos primitivo dentro de cada alma y esa parte quisiera apasionadamente volver al elemento de donde salió: a lo ultra humano, a lo abstracto. El demonio es, en nosotros, ese fermento atormentador y convulso que empuja al ser, por lo demás tranquilo, hacia todo lo peligroso, hacia el exceso, al éxtasis, a la renunciación y hasta a la anulación de sí mismo. En la mayoría de las personas, en el hombre medio, esa magnífica y peligrosa levadura del alma es pronto absorbida y agotada; sólo en momentos aislados, en la crisis de la pubertad o en aquellos minutos en que por amor o simple instinto genésico ese cosmos interior entra en ebullición, sólo entonces domina hasta en las existencias burguesas más triviales y, sobre el alma, reina ese poder misterioso que sale del cuerpo, esa fuerza gravitante y fatal. Por lo demás, el hombre comedido anula esa presión extraña, la sabe cloroformizar por medio del orden, porque el burgués es enemigo mortal del desorden dondequiera que lo encuentre: en sí mismo o en la sociedad. Pero en todo hombre superior, y más especialmente si es de espíritu creador, se encuentra una inquietud que le hace marchar siempre hacia adelante, descontento de su trabajo. Esta inquietud mora en todo «corazón elevado que se atormenta» (Dostoievsky); es como un espíritu inquieto que se extiende sobre el propio ser como un anhelo hacia el Cosmos. Todo cuanto nos eleva por encima de nosotros mismos, de nuestros intereses personales y nos lleva, llenos de inquietud, hacia interrogaciones peligrosas, lo hemos de agradecer a esa porción demoníaca que todos llevamos dentro. Pero ese demonio interior que nos eleva es una fuerza amiga en tanto que logramos dominarlo; su peligro empieza cuando la tensión que desarrolla se convierte en una hipertensión, en una exaltación; es decir, cuando el alma se precipita dentro del torbellino volcánico del demonio, porque ese demonio no puede alcanzar su propio elemento, que es la inmensidad, sino destruyendo todo lo finito, todo lo terrenal, y así el cuerpo que lo encierra se dilata primero, pero acaba por estallar por la presión interior. Por eso se apodera de los hombres que no saben domarlo a tiempo y llena primero las naturalezas demoníacas de terrible inquietud; después, con sus manos poderosísimas, les arranca la voluntad, y así ellos, arrastrados como un buque sin timón, se precipitan contra los arrecifes de la fatalidad. Siempre es la inquietud el primer síntoma de ese poder del demonio; inquietud en la sangre, inquietud en los nervios, inquietud en el espíritu. Alrededor del poseso sopla siempre un viento peligroso de tormenta, y por encima de él se cierne un siniestro cielo, tempestuoso, trágico, fatal.
Todo espíritu creador cae infaliblemente en lucha con su demonio, y esa lucha es siempre épica, ardorosa y magnífica. Muchos son los que sucumben a esos abrazos ardientes como la mujer al hombre; se entregan a esa fuerza poderosa, se sienten penetrar, llenos de felicidad, para ser inundados del licor fecundante. Otros lo dominan con su voluntad de hombre, y a veces ese abrazo de amorosa lucha se prolonga durante toda la vida. Ahora bien, en el artista, esa lucha heroica y grandiosa se hace visible, por decirlo así, en él y en su obra; y, en lo que crea, está viva y palpitante, llena de cálido aliento, la sensual vibración de esa noche de bodas de su alma con el eterno seductor. Sólo al que crea algo le es dado trasladar esa lucha demoníaca desde los oscuros repliegues de su sentimiento a la luz del día, al idioma. Pero es en los que sucumben en esa lucha en quienes podemos ver más claramente los rasgos pasionales de la misma, y principalmente en el tipo del poeta que es arrebatado por el demonio; pues cuando el demonio reina como amo y señor en el alma de un poeta, surge, cual una llamarada, un arte característico: arte de embriaguez, de exaltación, de creación febril, un arte espasmódico que arrolla al espíritu, un arte explosivo, convulso, de orgía y de borrachera, el frenesí sagrado que los griegos llamaron pavta y que se da sólo en lo profético o en lo pítico.

En contraposición al espíritu exaltado, arrastrado fuera de sí mismo por su propia exuberancia, frente al espíritu que no conoce límites, veo al poeta que es amo de sí mismo y que, con su voluntad humana, sabe domar al demonio interior y lo convierte en una fuerza práctica, eficaz.

La forma de la vida de Goethe es el círculo: una línea cerrada, completa, que abraza todo su ser; una eterna vuelta hacia sí mismo; la misma distancia desde su inconmovible centro hacia el infinito; crecimiento armónico de todas sus partes a partir del centro. Por eso no hay en su existencia lo que pudiera constituir un punto culminante, ninguna cumbre de producción, sino que su crecimiento es por igual hacia todas las direcciones. La vida de los posesos tiene forma parabólica, esto es, una subida brusca a impulsiva hacia una dirección fija que es siempre la superior, lo infinito; después aparecen una curva rápida y la caída repentina. El punto más alto (poéticamente y como momento de vida) está junto a la caída, misteriosamente va unido a ella. Así se comprende que las muertes de Hölderlin, de Kleist o de Nietzsche formen parte integrante de su destino. Sin su caída no se ve la forma completa de su existencia, así como no hay parábola sin la caída brusca de la línea.

Hölderlin

  • Ningún poeta alemán ha tenido tanta fe en la poesía y en el origen divino de la misma como Hölderlin; nadie ha proclamado como él la división absoluta que separa a la poesía de las cosas del mundo.
  • Ciertamente lo sagrado necesita, para su completa gloria, un corazón humano que lo sienta y lo reconozca, del mismo modo que los héroes sienten la necesidad de ser reconocidos y coronados de laurel.
  • Así es que lo bajo se siente atraído por lo alto, pero también lo alto tiende hacia lo bajo; la Vida se eleva hacia lo espiritual, pero también lo espiritual desciende hasta la Vida. La Naturaleza no tiene verdadero sentido si no es reconocida por los mortales; si no es amada por los hombres. La rosa no será verdaderamente una rosa mientras no sea acariciada por la contemplación; no hay magnificencia en el crepúsculo si no se refleja en la retina del hombre. Así como el hombre necesita lo divino para no morir, lo divino necesita del hombre para ser realmente divino, y por eso crea testigos de su fuerza y bocas para que le canten alabanzas, bocas de poetas que lo hacen verdaderamente divino.
  • Hölderlín nunca trató de apartar de sí esa melancolía, como hicieron Leopardi, Schopenhauer o Byron, proyectándola hacia un pesimismo mundano. "Soy enemigo de esa enemistad hacia lo humano que se llama misantropía", nos dice el poeta.
  • Se puede aplicar a Hölderlin y a naturalezas análogas lo que Stendhal hizo reflejar en su espejo y personificó en Henri Brulard: "Ce qui ne fait qu'effleurer les autres me blesse jusqu'au sang."
  • Kant perjudicó en extremo la expresión sensual, la euforia de la poesía, el libre curso de la imaginación, al quererlas llevar hacia un criticismo estético. Esterilizó las facultades puramente poéticas de todo aquel que abrazó sus teorías.
  • Sólo reconozco lo que florece naturalmente; lo meditado ya no lo reconozco.
  • Lo que una vez dijo Goethe refiriéndose a Byron, se le puede aplicar mil veces mejor a Hölderlin: "Cuando raciocina es un niño; sólo es grande cuando hace poesía." Pero ese niño se sienta en el banco de la escuela de Fichte y de Kant y se asfixia, desesperado, en las doctrinas que oye, de forma que hasta Schiller le ha de advertir un día: "Huya usted siempre que pueda de las materias filosóficas; son las más ingratas... Permanezca más bien cerca del mundo sensible; así no se expondrá a perder el entusiasmo."
  • "La libertad, para quien sabe lo que esta palabra significa, es algo lleno de profundidad."
  • "Amigo, no me conozco ni conozco nada de los hombres”

Kleist

  • Una vez escribió Goethe una ironía en el álbum de un hombre de alma entenebrecida, en el álbum de Schopenhauer: Si quieres sentir la satisfacción de lo propio mérito, debes conceder mérito al mundo.

Nietzsche

  • "Fórmula para la grandeza de un hombre, amor fatí; no querer ser nada diferente de lo que ha sido, de lo que es, o de lo que ha de ser. Soportar lo fatal; más aún: no disimularlo; más aún: amarlo."
  • Nietzsche, eterno relativista de los valores, sabe que ninguno de esos actos de conocimiento, ninguna de esas tomas de posesión, es una verdadera posesión, un conocimiento definitivo, y que la verdad, en su verdadero sentido, nunca se deja poseer por nadie, pues "quien cree estar en posesión de la verdad, ¡cuántas cosas no deja escapar!".
  • “No es la vida eterna lo que importa, sino la vitalidad eterna”
  • “La serpiente que no puede mudar la piel, perece; del mismo modo, los espíritus que se ven impedidos de cambiar de opinión, dejan de ser espíritus”.
  • “Si miras largo tiempo hacia el abismo, llegas a sentir que el abismo te mira a ti.”

jueves, 2 de septiembre de 2010

La noche no tiene paredes - J.M. Caballero Bonald

TIEMPO DE LOS ANTíDOTOS

La edad me ha ido dejando

sin venenos, malgasté en mala hora

esa fortuna,

¿qué más puedo perder?

Llega el tiempo ruin de los antídotos.

Materia devaluada, la aventura

disiente de ella misma y se aminora.

Ya sólo quedan rastros de peligros,

una zona prohibida apenas frecuentada,

la pauta exigua de lo inconfesable,

cierto amago fugaz de furia y desacato.

La osadía de bordes delictivos,

los deseos gastados

en los bruscos dispendios de la infidelidad,

la virtud y su inercia depravada,

el amor consumiéndose

como un licor impuro, la excitante

trastienda de la noche,

¿qué se hicieron?

Los años, ay de mí, me han desmentido.


VIVIR MIRÁNDOTE

En tus ojos un mapa vaticina

el futuro,

bajíos, gozos altos, hondas

grietas, un lodazal, Dios mío,

de espantosa vorágine

y aquella

puerta abierta para entrar

donde estaba esperando

el cuerpo más desnudo de la noche.

Una ventana al tiempo son tus ojos,

me hablan siempre de ti y me restituyen

de todo lo pasado antes de que pasara.

¿Qué habría sido de mí sin esas donaciones

consoladoras de tus ojos? ¿Cómo

habría yo podido sustraerme

a la evidencia de saber que he vivido

porque estaba mirándote?


EL CORAZÓN DE LAS TINIEBLAS

(…)

Esa atroz dependencia del pasado

donde se perpetúa

el corazón de las tinieblas


DESAPRENDIZAJE

El ruido del hielo contra el cristal

del vaso reproduce una flagrante

continuidad de indicios

taciturnos, de recuerdos

que los días han ido malgastando

entre remisas decepciones (…)


DE LAS FIGURACIONES NOCTURNAS DE LA MAR

La mar nocturna tiene

palpitación de pubis y un lento imán de cueva

en la mirada, te atrae y te repele juntamente

como un dios tornadizo.

Nada más verdadero que ese engaño

que la naturaleza brinda al navegante (…)


CUERPO DESNUDO YA NO TE CONOZCO

Cuerpo desnudo, ya no te conozco,

llegas de lejos y desentendido,

te acercas con despacio

¿desde dónde?,

permaneces inmóvil frente a mí

y ya no te conozco (…)


VENGO DE UNA PALABRA

Vengo de una palabra y voy a otra

errática palabra y soy esas palabras

que mutuamente se desunen y soy

el tramo en que se juntan

como los bordes negros del relámpago

y soy también esas beligerancias de la vida

que proponen a veces una simulación de la verdad.

Semejante a la noche, vengo

del negro y voy al blanco y busco

dispensarme de mí con ese blanco y nunca

llego a ser lo que yo más deseo:

esa palabra suficiente que precede a la última.


Únicamente soy / mi libertad y mis palabras


DEVOLUCIONES

La vida a veces tiende a desandar

sus parajes más arduos

y llega de improviso hasta la última

frontera de la evocación

y allí mismo emplaza

su tribunal, te pide cuentas de tus actos.

¿Eres aquel que un día

anduvo por los bordes más broncos de la noche

emulando el albur del errabundo,

buscando al que usurpó su propia historia?

Los mandamientos fúnebres del tiempo

propagan sus usuras por los desvencijados

conductos de la sinrazón

y así vas constatando

las últimas devoluciones de la vida.


ULTRAQUERENCIAS

Temor de estar perdido y de tener

que convivir con esos mentecatos

que beben a buchitos

su triste taza de preservación, detestan

las amenas erratas de la vida,

practican tenebrosas

religiones, deportes deplorables

y hablan,

hablan,

hablan a todas horas

de esa historia que desde siempre ocurre

intramuros de la banalidad.

¿Es que ya nadie se da cuenta

de los defectuosos, los bruscos, los horrendos

trances de ultraquerencias que aún tienen que venir?


LA INTRANQUILIDAD DEL DEBER CUMPLIDO

Dichoso aquel que una mañana

de repente

se aparta del camino que anduvo cada día

durante muchos años hasta el inapelable

distrito del deber.

¿Qué lo hizo abdicar:

la misma inoperancia de la inercia,

el tedio repetido como una despiadada

devastación, la enmohecida

distancia entre los majaderos y sus cárceles?

¿Eligió sin querer lo menos

predecible, es decir, lo más justo?

Dichoso aquel que un día desanduvo la vida

hasta alcanzar la paz de lo no aconsejable.


MODIFICACIÓN

(…) Hacia el futuro avanza lo uniforme,

en el presente se materializa

lo que me diferencia de los otros.


CONTRASENTIDO

(…) La luz empieza donde está apagándose,

el deseo de ver te hace más ciego.


PÉRDIDA DE TIEMPO

La única estrategia que puede más que el tiempo

es conseguir pederlo impunemente


LA GRAN CERTEZA

Qué palabra inhumana la palabra certeza (…)


RECUENTO

(…) Vivir es ir dejando atrás la vida.


ELOGIO DE LA LOCURA

(…) Quien mira al firmamento elige la locura.


PRESTIGIO DE LA DUDA

Me basta con saber que la certeza

es un perecedero trasunto de la fe,

me basta con saberlo y con la perentoria

convicción de la duda,

para aspirar a ser retribuido

de tantos deficientes barruntos

de verdades.

No me hace falta más

para creer al menos que no miento.


NO ME CONOZCO

Confín de la memoria donde

se han ido decantando los secretos

personales, las estrofas calladas

de la vida, tantos deseos

innombrados, ¿en qué recodo

del presente se alojarán por fin

esos incompatibles

desacuerdos con la realidad

que me darán a conocer un día a quien yo soy?