jueves, 10 de julio de 2008

La nausea. SARTRE


Sartre considera que el ser humano está «condenado a ser libre»; es decir, arrojado a la acción —y responsable plenamente de la misma, y sin excusas—.Sartre escribe que «la existencia precede a la esencia», contrariamente a lo que se había creído tradicionalmente en la Academia Francesa. ¿Qué quiere decir esto? Sartre da un famoso ejemplo: si un artesano quiere realizar una obra, primero «la» piensa, la construye en su cabeza: esa prefiguración será la esencia de lo que se construirá, que luego tendrá existencia. Pero nosotros, los seres humanos, no fuimos diseñados por alguien, y no tenemos dentro nuestro algo que nos haga «malos por naturaleza», o «tendientes al bien» —como diversas corrientes filosóficas y políticas han creído, y siguen sosteniendo—. «Nuestra esencia, aquello que nos definirá, es lo que construiremos nosotros mismos mediante nuestros actos», que son ineludibles: no actuar es un acto en sí mismo, puesto que nuestra libertad no es algo que pueda ser dejado de lado: ser es ser libres en situación, ser es ser-para, ser como proyecto.

  • Estaba, pues, hace un momento en el jardín público. La raíz del castaño se hundía en la tierra justamente por debajo de mi banco. No me acordaba ya de que esto era una raíz. Las palabras se habían desvanecido, y con ellas la significación de las cosas, sus modos de empleo, las débiles marcas que los hombres han trazado en su superficie. Estaba sentado, un poco inclinado, la cabeza baja, sólo ante esta masa negra y nudosa, enteramente bruta y que me causaba miedo.Y después tuve esta iluminación
  • Lo esencial es la contingencia (la carencia de explicación). Quiero decir que, por definición, la existencia no es la necesidad. Existir es estar ahí,simplemente; los existentes -leamos nosotros los entes- aparecen, se dejan encontrar; pero no se los puede nunca deducir

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